Diseñadores emergentes
Esta semana Quito se viste a la moda con la llegada del Fashion Week. Seis días y más de 10 eventos que convergen con las tendencias mundiales. En esta edición, se contará con participaciones especiales del extranjero, como la de la guatemalteca Desirée García, de 23 años. Harper 's BAZAAR Ecuador tuvo una entrevista exclusiva con la diseñadora para conocer su propuesta.
Desirée afirma –con seguridad– que siempre supo que su oficio estaba en las telas. Su abuelo era sastre, lo que hizo que pase su infancia en su taller entre máquinas de coser. “A los 10 años me metí en clases de patronaje y costura porque es lo que siempre quise hacer”. Siguiendo esa intuición, consiguió una beca para estudiar diseño de modas en la institución IFA, en sus sedes de París y Estambul.
“Mi marca es como un universo. Todas las colecciones están entrelazadas entre sí”.
En 2021, lanzó su marca homónima antes de ingresar a la universidad. Lo hizo con una pequeña colección titulada “Intro: Liberty” que funcionó para ella como un primer acercamiento al mercado de moda guatemalteco. Por eso, su debut oficial fue en 2024 –como ella lo explica– con “La danza de las mariposas”. Se trató de una colección femenina de seis looks, con una cromática cruda que buscaba representar la idea de que el ser humano es bueno por naturaleza, pero la sociedad es quien lo corrompe. Influenciada por su religión, García se basó en el Jardín del Edén.
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Su segunda colección la hizo acreedora al premio “Made in Guate 2024", una iniciativa que promueve el diseño artesanal nacional. La idea nació bajo un proyecto de sostenibilidad que realizó en la universidad, en Estambul. “Cuando estuve ahí, me enfrenté cara a cara con la guerra en Medio Oriente lo que me hizo regresar a ver a mi país y darme cuenta que rechazaba en cierta parte mis raíces latinas”, reflexiona García. Ella analizó cómo el conflicto armado en Guatemala había afectado a la cultura, a las personas y a su diario vivir, por lo que decidió representarlo con 10 looks titulados “Repression”.
“Para mí no se trataba solo de transformar unos jeans o buscar tela reciclada, sino que realmente tenga un significado, un mensaje o un impacto social”.
García fue a una maquila para buscar telas que cortó en tiras para luego unirlas –con una técnica creada por ella– formando una silueta de traje militar. Esta prenda, donde el rojo toma el estrellato, simboliza las pérdidas del conflicto. Fue un trabajo con ocho personas, incluida gente de comunidades que fueron afectadas. La colección también ganó un premio en Estambul de sostenibilidad.
“Con este proceso me di cuenta de que yo también podía hablar abiertamente de mi país, contar lo que pasó y cómo nos ha separado”.
Para su presentación en Quito, García trae su último proyecto –en el cual trabajó durante seis meses– titulado “Transición”. Una propuesta de 12 outfits con vestidos, chaquetas, pantalones e innovación en 3D. Se inspiró en la etapa de la adolescencia, de los cambios y de la madurez que conlleva crecer. Cada uno tiene una transición de blanco a negro, utilizando telas como: chifón, satines y gabardinas. Además de tejido de punto, que mantiene ese alma artesanal.
Hoy, García reconoce su estilo como elegante y avant-garde. “Creo que tengo muchas facetas por lo que es difícil definirlo, pero siempre mantengo mi área artística cultural”. (I)