La Ciudad de Guatemala te deja sin palabras desde el avión. Las montañas y el verde rodean el concreto, creando un paisaje propio de Centroamérica. Esta ciudad es conocida por sus volcanes y su historia maya. Con una altitud de 1.500 metros sobre el nivel del mar y un clima templado (muy similar al de Quito), es el escenario de una de las plataformas de moda más representativas de la región, la Guatemala Fashion Week. Un encuentro de cuatro días que fomenta la industria y muestra al mundo lo que tiene este país.
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Fue creado hace 12 años para construir un ecosistema que involucra a todo el sector. Así, rápidamente, se consolidaron como un espacio para diseñadores, artesanos, maquillistas, modelos, fotógrafos… con quienes han compartido este crecimiento. Cada noviembre es una fecha para celebrar lo alcanzado y replantear sus metas. Rostros nuevos aparecen en las pasarelas, que se combinan con aquellos consolidados y con los que llegan del extranjero. Es un semillero de talento que puso a Guatemala en el radar del mundo.
“Nuestra plataforma es un motor de impulso para industrias afines, generando oportunidades reales de desarrollo y crecimiento económico. Hemos trabajado incansablemente para que cada eslabón de esta cadena se fortalezca”, enfatizó Daniel Panedas, director de Siete Zero, empresa productora del evento.

Harper’s BAZAAR Ecuador estuvo en su inauguración, encabezada por el diseñador Michael Costello, quien convirtió Ciudad Cayalá en un escenario para el empoderamiento y la creatividad. Las mujeres que marcaron su infancia, la libertad desbordante del Studio 54 (discoteca icónica de Nueva York en los años 70) y la fuerza de figuras como: Bianca Jagger, Grace Jones, Diane von Furstenberg y Jackie Kennedy fueron el punto de partida para este diseñador, que presentó una colección de 50 piezas.



El centro fueron los caftanes, piezas amplias, largas y sueltas, que –para Costello– simbolizan amor, empoderamiento y autenticidad. En esta pasarela presentó nuevas versiones, confeccionadas con telas elegidas en Milán, Barcelona, Pisa, Florencia y Madrid. Las define como “tejidos que hablan”, materiales que llevan su propio lenguaje y que dieron vida a estos diseños. Conversamos con el diseñador, en el backstage, en medio de sus obras, su equipo y sus modelos.
Nació en Los Ángeles, Estados Unidos, hace 42 años. Su historia en esta industria comenzó cuando tenía 15 años y desde entonces nunca abandonó la moda. Su madre, costurera, le enseñó a observar cómo una prenda toma forma y –según sus relatos– sus experiencias de vida, sobre todo de viajes, marcaron su estilo y lo acercaron a sus raíces.



Hoy produce cuatro colecciones al año y mantiene una alianza con Revolve desde hace casi una década. Su tiempo lo divide entre vestir a celebridades y desarrollar sus creaciones. Beyoncé, Lady Gaga, JLo, Celine Dion, Ariana Grande son algunos de los nombres que han usado sus prendas.
“Estoy agradecido de que las celebridades quieran usar mis vestidos. Es una experiencia maravillosa. Cuando veo la ropa en ellas —si están actuando, cantando, bailando o llevándola en una alfombra roja— transforma mi punto de vista e influye en mi manera de diseñar”, confiesa Costello, enfatizando que parte de una inspiración que nace de sí mismo.
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“Por ejemplo, cuando veo a una mujer con un vestido de polka dots, la miro y pienso que se ve increíble, pero luego me pregunto qué más puedo hacer con esa pieza la próxima temporada”. Trabaja desde el impulso, desde el objeto inesperado que activa una idea. Puede transformar pañuelos, retazos, telas económicas... en piezas fluidas que se imponen a través de su corte, su silueta y su forma.



En Guatemala descubrió –de acuerdo con sus propias palabras– que “la moda latinoamericana es firme, no necesita buscar espacio porque ya lo conquistó”. Habla de los diseñadores de la región como nombres que avanzan con fuerza y calidad.
“La gente debe prestar atención. Latinoamérica viene con algo grande”.
Entre telas que “hablan”, celebridades que lo impulsan y países que lo adoptan, Costello sostiene una sola certeza: la moda es su vida. La respira. La piensa. La defiende. Así la fashion week en Guatemala abrió con memoria y poder femenino. Según sus organizadores, “Guate está de moda”. (I)