Fotografía: Armando Prado
Fotografía: Armando Prado

Cada diciembre, cuando las luces comienzan a encenderse en casa de Pierangela Sierra, CEO de Tipti, llega la magia a su mesa. La decoración, el aroma del pavo horneado y las melodías navideñas tienen una energía emocional que lo envuelve todo. “La Navidad no es una fecha en el calendario –dice–, es un ritual del alma, un momento para agradecer y compartir con quienes más amo”.

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Su propuesta busca resaltar las tradiciones familiares con una elegancia contemporánea. Inspirada en la unión de las regiones ecuatorianas, Sierra crea un ambiente que mezcla sabores, colores y memorias. En su comedor, la piedra rojiza con vetas doradas se convierte en el lienzo perfecto para una paleta festiva dominada por el rojo y el dorado. 

Fotografía: Armando Prado
Fotografía: Armando Prado

Fotografía: Armando Prado
Fotografía: Armando Prado

La mesa, preparada por el equipo de Tipti Santa Helper, Sukasa y algunos detalles familiares, es un equilibrio entre lujo y calidez. La vajilla estampada con pinos y detalles navideños se combina con los cubiertos de su suegra, lámparas heredadas y piezas antiguas que llenan de historia el ambiente. Sierra conserva con cariño estos objetos y recuerda a las generaciones que los usaron antes. 

“Las cosas tienen alma cuando están cargadas de recuerdos”.

El menú es una fusión de tradición y emoción. El pavo está acompañado de salsas de ciruela y mango. El relleno guayaquileño, receta de la abuela de su esposo, Rafael Luque, incluye pan dulce, carne de cerdo, salchicha, nueces y un guiño al dulzor del litoral. La mesa se completa con arroz con gaseosa –una receta de su familia política– ensaladas frescas con nueces, fresas y manzana; y una selección de postres donde la canela y el chocolate despiertan los recuerdos de su abuela. La chef Sofía Albán colaboró como food stylist, mientras Valeria Égüez aportó su toque gastronómico a la carta familiar.

Fotografía: Armando Prado
Fotografía: Armando Prado

Fotografía: Armando Prado
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El resultado es una crónica de herencias y de amor. En la calidez de los aromas que recorren su hogar, Sierra encuentra el significado más puro de la Navidad. Un tiempo para detenerse y recordar que, sin importar la distancia o la rutina, siempre hay un lugar donde todos vuelven a encontrarse. (I)