Paris Fashion Week

Maitrepierre y Florentina Leitner transformaron la pasarela parisina en arte y rebeldía

Dos casas con esencias opuestas, Maitrepierre y Florentina Leitner, mostraron cómo se vive la moda en la capital francesa.

Por Valeria Kohn Ávila

portada pfw —

En una semana donde la moda se reinventa a cada hora, moverse entre tantas propuestas resulta impredecible. Con 76 desfiles en apenas ocho días, París desplegó un universo de colores, estampados y estilos. Pero, ¿cuáles fueron los shows que realmente marcaron la diferencia? Más allá de las grandes casas de lujo, te contamos dos visiones que dejaron una huella en esta temporada.

Empezamos con la firma francesa Maitrepierre. Fundada en 2019, la maison de Alphonse Maitrepierre se ha consolidado en París como una de las voces jóvenes más audaces, reconocida por su imaginario surrealista, su compromiso con la sostenibilidad y su capacidad de transformar el humor pop en alta moda.

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Su propuesta de primavera/verano 2026 “En pleno corazón" rindió tributo al diseñador francés Paul Poiret y se presentó en el marco de la exposición “Paul Poiret, La mode est une fête”, abierta en el Museo de Arte Decorativas de París. Las contribuciones a la moda de este diseñador no solo marcaron el siglo XX, sino también la pasarela de Maitrepierre.

Cortesía Maitrepierre SS26
Cortesía Maitrepierre SS26
Cortesía Maitrepierre SS26
Cortesía Maitrepierre SS26
Cortesía Maitrepierre SS26

A lo largo del show se evidenció su libertad para jugar con el movimiento de los textiles, la arquitectura de las prendas y la fuerza del color. Escotes profundos en ilusión, bordados de aire futurista y plumas sintéticas cortadas a láser dieron forma a un universo onírico.

Siendo abastecedores de NONA Source, la maison no se queda atrás en el terreno de la sustentabilidad. Esta colección fue concebida íntegramente a partir de deadstock, materiales con certificaciones o de origen responsable. Con ello, logran unir la conciencia ambiental con una visión futurista, empujando los límites a través de manipulaciones únicas: desde primers y bordados en 2D y 3D, hasta cortes láser y tratamientos con ozono, en colaboración con Teinturiers de France by Serge H.

En cuanto a los accesorios, esta marca presentó su tercera colaboración con la firma parisina de calzado Carel: una cápsula de ocho sandalias que revive un modelo icónico de 1952. A esto se sumaron las gafas retrofuturistas, desarrolladas junto a VISAGES, mediante impresión 3D, que aparecieron bajo transparencias de encaje y lazos.

Aunque el universo de Maitrepierre se mueve entre lo surreal y lo tecnológico, comparte con Florentina Leitner una fascinación por la innovación y la precisión en los detalles. Ambas firmas desafían los límites entre lo técnico y lo poético, elevando los accesorios al nivel de piezas escultóricas.

Con Florentina Leitner, el tono cambia por completo. La diseñadora austriaca presentó una propuesta tan femenina como irreverente, que reinterpreta el glamur desde la ironía, el juego… con una rebeldía casi infantil. 

En 2021, fundó su marca en Antwerp (Bélgica) y, desde entonces, convirtió el storytelling en el eje de su universo creativo. A través de fashion films y producciones cargadas de fantasía, amplifica el significado de cada prenda. Su sello: la experimentación textil, las flores tridimensionales y una estética juguetona que convierte cada look en una historia.

Cortesía Florentina Leitner SS26
Cortesía Florentina Leitner SS26
Cortesía Florentina Leitner SS26
Cortesía Florentina Leitner SS26
Cortesía Florentina Leitner SS26

El pasado 4 de octubre presentó su colección “Mi corazón seguirá latiendo", una oda al amor de verano, inspirada en los clásicos de Harmony Korine, Gummo y Spring Breakers. Como en el cine de Korine, la belleza surge del desorden. Leitner traslada esa estética cruda y emotiva al terreno de la moda, entrelazando ingenuidad, deseo y rebeldía.

La propuesta nos transportó a un garaje subterráneo convertido en pasarela, donde dos autos marcaban el recorrido del show. Más que una historia de amor, la colección explora la dualidad entre la inocencia y el caos.

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El escenario viajó en el tiempo hacia los 2000. Una nostalgia viva en looks, streetwear con tintes femeninos, tul, lentejuelas y un juego de capas, que amplificó el movimiento, dominaron la pasarela. Es un mundo de hot girls, skater boys y sueños suburbanos, donde la rebeldía y la dulzura conviven bajo luces fluorescentes. En este universo, la skater girl se convierte en la musa de la colección.

Carteras de peluche con formas de monos y flores, patinetas enjoyadas, gorras decoradas y joyería de estética maximalista capturaron la atención de la audiencia. Los colores también vibraron alto: labios azules, trenzas rosadas y pinzas repletas de brillo. 

Leitner traduce la nostalgia millennial y la ironía Gen Z en una estética juguetona, pero consciente de que el amor y la moda son espacios para experimentar sin miedo al ridículo. (I)