Septiembre, el mes más esperado
Las semanas de la moda se convierten en una ventana al futuro: ahora vemos las colecciones de primavera/verano y en febrero, las de otoño/invierno. Este concepto nació en el siglo pasado hasta expandirse al circuito que hoy conocemos. Harper 's Bazaar lo dejó claro: “la edición de septiembre es la más importante del año porque marca el tono de estilo de los meses que vienen”.
Cuatro ciudades, cuatro estilos y un mismo objetivo: abrir esa puerta de la creatividad y el talento al resto del mundo. Realmente, hay más de 300 semanas de la moda en el mundo, aunque todo gira alrededor de Nueva York, Londres, Milán y París. Estas metrópolis concentran los medios internacionales y cada una tiene su toque especial.
En época existe un calendario oficial y otro “no oficial”, lo que genera más de 100 presentaciones por semana. Usualmente, las marcas que se presentan son locales, pero también invitan a extranjeras, bajo la aprobación de las federaciones de la moda (correspondiente a cada ciudad). Este espacio ha permitido que creadores latinoamericanos se proyecten en la escena global.
Talento latino presente
Para Isabella Salvador, diseñadora ecuatoriana, “ir a Paris Fashion Week fue como ir a las olimpiadas de la moda”. Cumplió uno de sus mayores sueños al recibir la invitación para presentar su colección en la capital donde nació la alta costura. La preparación fue intensa: con apenas un mes de antelación, los días no alcanzaban para tener lista una propuesta que terminó reuniendo a más de 400 asistentes en su desfile.
El impacto fue inmediato. Salvador pasó a estar en el radar internacional y, a partir de París, comenzaron a llegarle nuevas oportunidades para presentar su arte en Milán, Nueva York y Londres. Además, de propuestas para vender en tiendas en Europa y Estados Unidos. “Mi siguiente meta es vestir a una celebridad o llevar mis propios shows privados”, asegura Salvador, convencida de que su camino en estas grandes capitales recién comienza.
Transformación de las ciudades
Durante estos días, las ciudades se transforman: las calles se llenan de looks llamativos, las cafeterías que se convierten en puntos de encuentro para seguir los desfiles en vivo (watch parties) y los negocios organizan fiestas y encuentros como parte de sus estrategias de marketing. Como recuerda Salvador, “en París el tráfico es imposible, las vías se llenan de fotógrafos y fashionistas, quienes esperan afuera de los shows para mostrar sus outfits más increíbles”.
El detrás de cámaras
¿Qué es lo que se esconde detrás del show y quiénes son los afortunados de disfrutar los desfiles en vivo? Atrás de las cortinas está todo el equipo que transformó las ideas del director creativo en realidad. Desde los diseñadores y los costureros, hasta los estilistas, los maquilladores, los fotógrafos, los productores y los coordinadores del evento. Sin falta, se encuentran las modelos que llevan la cara de la marca.
A estos eventos se asiste por invitación o acreditación profesional (también están disponibles vía streaming). En paralelo, algunos shows independientes venden entradas (el valor varía de acuerdo con la marca y la ubicación) con precios que van desde los US$ 100 hasta los US$ 6.500.
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Oportunidades de negocio
Lejos de ser solo un espectáculo, los desfiles de moda son una estrategia de negocios. Todo está calculado y se convierten en una reunión entre compradores, editores, estilistas, celebridades e influencers. Ahí se crean conexiones, se firman acuerdos y se cierran negocios, es una narrativa cultural.
Además, es la primera oportunidad para que los compradores conozcan las colecciones. Después, en los showrooms –espacios de exhibición privada– deciden qué piezas llevarán a sus tiendas. Es el paso intermedio, de la pasarela a la venta. Marcas emergentes suelen optar por alquilar locales comerciales o incluso un Airbnb para montar algo temporalmente.
Los editores analizan la pasarela para luego comunicar qué hay de nuevo y cuáles son las tendencias que más se han marcado. No podrían faltar las celebridades e influencers, quienes viralizan el contenido.
El mapa se reinventa
Existen otras ciudades que deciden su propio camino en la moda global. Copenhague, con su apuesta por la sustentabilidad, Shanghái, con el futurismo tecnológico, Sao Paulo, siendo la mayor fuerza latinoamericana, y Ecuador, que ya dio un paso con su propia Fashion Week.
Este encuentro es una nueva voz en Latinoamérica. Nació oficialmente en 2024, con 36 diseñadores (83 % nacionales y 17 % internacionales). Su objetivo es visibilizar el talento local y conectar al país con la conversación global. Todo bajo un mismo mensaje: “Identidad Ecuador”.
Pietro Polít, productor de la plataforma, consolidó su trayectoria en pasarelas internacionales, obteniendo una base sólida para tener éxito en Quito. “Un calendario de moda puede transformar el comercio, el turismo y la identidad de una ciudad, convirtiéndola en un epicentro de oportunidades”. Sabía el esfuerzo que se necesitaba, pero tenía la convicción de que Ecuador merecía ese espacio.
“Es un hito histórico y un acto de soberanía cultural”.
La semana de la moda en Quito es miembro de la Federación de Fashion Weeks y proyecta reunir a 45 diseñadores en su segunda edición, del 27 de noviembre al 3 de diciembre. El calendario incluye desfiles abiertos al público, presentaciones exclusivas por invitación y un componente académico con las llamadas 3C: charla, conversatorio y conferencia gratuita. Con ello, Quito busca consolidarse como un hub regional de creatividad. (I)