Quienes buscan iniciar una nueva carrera saben muy bien el arduo proceso que implica postularse a un empleo. Además de preparar un currículum cuidadosamente redactado, actualizar cualquier portafolio de trabajos previos y escribir una carta de presentación clara y concisa, hay mucho que hacer antes de que los aspirantes siquiera sean considerados para una entrevista, si tienen la suerte de llegar a esa etapa.
Por supuesto, postular a un nuevo puesto rara vez es algo que se haga una sola vez. Los interesados deben enviar múltiples hojas de vida y cartas de presentación para distintas vacantes; y posiblemente enfrentar diversas pruebas después de la entrevista. Buscar un nuevo empleo se convierte, de hecho, en un trabajo de tiempo completo y un estudio indica que, en promedio, una persona necesita enviar entre 100 y 200 solicitudes para conseguir un empleo.
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Con todo este esfuerzo que muy a menudo produce poca o ninguna recompensa, no sorprende que la generación más joven esté ahora desafiando las prácticas tradicionales de contratación, al negarse a presentarse a sus nuevos empleos por completo. Una nueva encuesta reveló que el 34 % de los trabajadores de 27 años o menos han aceptado una oferta de trabajo… para nunca presentarse. No comienzan el puesto por el que tanto se esforzaron y ni siquiera dan una explicación por correo electrónico. Aunque es más común entre la Generación Z, los trabajadores mayores también están siguiendo la misma tendencia: la investigación mostró que el 24 % de los millennials (28 a 43 años) se saltó su primer día tras aceptar un empleo, comparado con el 11 % de la Generación X (44 a 59 años) y el 7 % de los baby boomers (60 años en adelante).
Este nuevo comportamiento, conocido como “catfishing profesional”, parece ir en contra de todos los consejos laborales que se nos han enseñado mientras nos preparábamos para el mundo profesional. Entonces, ¿por qué ahora un número significativo de personas lo está practicando?
George Sik, psicólogo colegiado y director de la empresa de pruebas psicométricas Eras, explica que “el proceso de contratación hoy en día puede ser increíblemente lento, frustrante y agotador. Para cuando alguien consigue un empleo, puede que haya recibido una mejor oportunidad en otro lugar, haya cambiado de opinión o simplemente haya perdido la paciencia con todo el proceso”.
Paul O’Rouke, director de operaciones en New Millennia, coincide y explica que es la generación más joven la que busca activamente transformar el lugar de trabajo para que se adapte mejor a sus necesidades; y lo hace a gran velocidad (son la fuerza impulsora detrás de tendencias como la “desvinculación consciente” y la “renuncia por venganza”).
“Los Gen Z son más propensos al “catfishing profesional” que otras generaciones, ya que están dispuestos a cuestionar lo que se considera profesional en el entorno laboral, si esto les permite mantener sus valores personales”, comenta O’Rouke. “Por ejemplo, tras investigar más, pueden haberse dado cuenta de algo que no les gusta del puesto, después de haber aceptado la oferta. O bien, pueden haber recibido otra propuesta de trabajo que se ajuste mejor a ellos y a sus objetivos personales”.
“El proceso de contratación hoy en día puede ser increíblemente lento, frustrante y agotador. Las personas pierden la paciencia”.
Cada vez más se percibe que los jóvenes, en particular, encuentran el proceso de conseguir empleo especialmente agotador. Una encuesta realizada el año pasado reveló que el 71 % de los buscadores de empleo de la Generación Z se sentían frustrados por la falta de retroalimentación al postular a un puesto. Además, el 65 % expresó su molestia por la extensión del proceso de aplicación, mientras que el 50 % se sintió irritado al ser ignorado por los empleadores después de todo su esfuerzo.
“Muchos de estos jóvenes trabajadores han pasado por procesos de entrevistas largos y con múltiples etapas, solo para ser ignorados por los empleadores o recibir ofertas que no cumplen sus expectativas”, señala Sik. “El proceso de contratación a menudo carece de transparencia y empatía, dejando a los candidatos sintiéndose como un número más en un sistema impersonal. Si un empleador tarda semanas en responder, brinda poca comunicación o los trata como una opción secundaria, algunos buscadores de empleo de la Generación Z se sienten justificados en revertir la situación.
“Desde una perspectiva externa, estas estadísticas podrían parecer otro ejemplo de jóvenes poco profesionales o renuentes a seguir las normas laborales tradicionales. Pero, en realidad, evidencian un sistema que no logra involucrarlos de manera significativa. Si los candidatos de la Generación Z aplican a un puesto de nivel inicial y deben pasar por cuatro o incluso cinco etapas de entrevistas, se genera incertidumbre innecesaria. Para cuando llega la oferta, a veces semanas después, muchos ya han seguido adelante, encontrado otro puesto o simplemente perdido interés”.
De alguna manera, continúa Sik, el “catfishing profesional” es solo una parte de un impulso más amplio de los trabajadores jóvenes para generar un cambio real en la forma en que abordamos nuestras vidas laborales.
“Se puede ver como un acto de resistencia contra un sistema corporativo más antiguo que ha fallado en tratar a los trabajadores jóvenes de manera justa. Cuando las empresas representan mal los puestos de trabajo u ofrecen salarios bajos, la Generación Z no ve problema en ejercer su propia autonomía al alejarse. En su perspectiva, la lealtad tradicional que esperan los empleadores no ha sido correspondida, entonces, ¿por qué deberían ellos mantener cortesías profesionales obsoletas?”
La Generación Z prioriza la flexibilidad, el bienestar mental y el equilibrio entre trabajo y vida personal de una manera que las generaciones anteriores no lo hicieron. Datos de Owl Labs destacan que casi la mitad de los trabajadores Gen Z han reportado un aumento del estrés, por lo que buscan un mejor salario y una cultura laboral que se alinee con sus valores. Cuando no lo encuentran, no temen desconectarse, a veces mediante prácticas como el catfishing laboral o el ghosting en la oficina.
“Para ellos, estas acciones no se tratan de ser poco profesionales; son, más bien, una forma de establecer límites y exigir respeto mutuo por parte de los empleadores”.
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Entonces, ¿qué significa la creciente normalización del “catfishing laboral” para nuestros lugares de trabajo? Para quienes lo hacen de manera habitual, aceptando puestos pero sin presentarse y sin dar aviso, esto puede impactar de forma significativa en su reputación profesional y dificultarles conseguir los empleos que realmente desean.
“Mantener relaciones con reclutadores y posibles empleadores es esencial para el éxito profesional a largo plazo”, explica Zara Easton, experta en carreras de LinkedIn. “Cuando un candidato se retira de un puesto que ya había aceptado, le cuesta dinero a la empresa y erosiona la confianza; por eso, es importante comunicarse de manera clara y constante con el empleador potencial durante todo el proceso de contratación”.
“La imagen y la reputación son de máxima importancia al buscar un nuevo puesto”, coincide Jonathan Firth, vicepresidente y jefe de soluciones de reclutamiento para UKI en LHH. “Ser poco confiable puede limitar futuras oportunidades laborales y disminuir la confianza. Puede influir en si un gerente de contratación quiere volver a trabajar con un candidato. La comunicación es clave para restaurar y demostrar confiabilidad. Cualquier inquietud sobre el puesto debe abordarse con el gerente de contratación, de forma directa y rápida, para gestionar expectativas”.
Por otro lado, el “catfishing laboral” también puede generar pérdidas para las empresas. “Reclutar e incorporar al talento adecuado es una gran inversión de tiempo y dinero”, añade Firth. “El catfishing no solo incrementa estos costos, sino que puede tensar las relaciones con los reclutadores, especialmente porque, una vez que una empresa se compromete a contratar a un candidato, ya se han hecho preparativos para su llegada”.
“Las empresas invierten tiempo en encontrar a los candidatos adecuados y si estos se retiran no siempre existe la posibilidad de volver a contactar a los candidatos secundarios, ya que podrían haber encontrado otro empleo o sentirse desanimados porque no se les ofreció el puesto desde un inicio. Reiniciar todo el proceso de contratación resulta costoso”.
“La transparencia en el proceso de contratación comienza, literalmente, desde el principio, con un informe interno claro y completo”, dice Firth. “Una vez que eso se ha establecido y se han definido los requisitos del puesto, entonces los reclutadores pueden crear una descripción de trabajo que represente con precisión el rol y evaluar de manera efectiva a los candidatos iniciales.
“La claridad y la coherencia a lo largo del proceso de contratación generan confianza entre la empresa y el candidato, preparándolos para el éxito”. Por supuesto, si decides retractarte de una oferta laboral porque encontraste un rol distinto, hay formas de hacerlo de manera más respetuosa que simplemente practicar “catfishing laboral”.
“Si estás seguro de que el puesto no es para ti, es fundamental ser honesto y transparente con el responsable de contratación lo antes posible”, explica Firth. “Ese gesto les da tiempo para contactar a candidatos secundarios y minimizar la inversión innecesaria en preparativos para tu llegada, como crear programas de inducción o configurar cuentas”.
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Cuando sea apropiado, ofrecer retroalimentación brinda a los equipos información valiosa para mejorar el proceso en el futuro y puede ayudar a actualizar a los directivos en caso de retrasos al cubrir el puesto. Esa honestidad puede contribuir a reparar tu relación y reputación con la empresa.
“Considera el impacto a largo plazo de estas acciones”, añade Sik. “Una ruptura en la confianza entre empleados y empleadores no beneficia a ninguna de las partes. Para que los lugares de trabajo evolucionen de una forma que funcione para todos, debe existir un diálogo abierto y respeto mutuo, en lugar de un ciclo de desconexión y resentimiento".
Este artículo salió originalmente en Harper's BAZAAR Reino Unido.