Para Saruka Rodríguez, CEO de SK, las celebraciones de fin de año son una oportunidad para agradecer, reconectarse y abrazar la unión familiar. “Es un momento para compartir, para enseñar a los hijos el valor del amor y la empatía”. Su mesa festiva es un poema al blanco, al renacer y a la gratitud.
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Diseñada junto a Atmosphere Event Company, la propuesta es majestuosa y luminosa. Sobre un mármol veteado hay una vajilla alemana heredada de la abuela de su esposo, piezas que conservan la elegancia del oro y el blanco. A su alrededor, copas de cristal y cubertería vintage dorada. Las flores –rosas y ranúnculos blancos– se mezclan con esferas plateadas y candelabros altos que sostienen más de siete velas y crean una atmósfera casi celestial. El reflejo de luz de la mesa parece un deseo para el nuevo año.
El menú, preparado por Grupo Barlovento, ofrece un toque sofisticado. Conitos crocantes de remolacha rellenos de ensaladilla de pollo y nueces, burrata mediterránea con jamón serrano, costillas de cordero al grill con salsa de menta, arroz salvaje con frutos secos, zanahorias del huerto y crème brûlée de choclo, brindan una experiencia refinada. El cierre dulce presenta churros artesanales y pristiños con miel de panela.
Mientras las velas arden, cada miembro de la familia comparte aquello por lo que agradece. En la música manaba que acompaña la velada, Rodríguez encuentra un eco de sus raíces y el deseo de un año nuevo en paz, rodeado de amor y luz. (I)