¿Por qué no… abres un libro de arte?
Uno físico, en vivo y en directo, a la antigua, donde se pueda sentir hasta el olor de las páginas, donde uses el tacto para pasar las hojas y puedas ver las imágenes de manera más tradicional. Los libros de arte deben estar siempre presentes y, si bien existen publicaciones digitales, hay que ir a lo tangible. Fui profesor de Arte en secundaria durante muchos años y hacía que los estudiantes trabajaran con los libros de la biblioteca. Eso les parecía pesado, extraño, anticuado, pero empezaron a desarrollar un gusto por buscar, por ver, por explorar. El ser humano debe tener esa curiosidad, esa necesidad de investigar.
¿Por qué no… descubres cuándo decir “basta”?
A mí me gusta empezar una pintura, lo hago de una forma que no requiere mayor preparación. Pero, una vez que empiezas, llega el instante en el que tienes que parar. Esa es la parte más difícil, porque te compenetras tanto que no sabes cuándo detenerte y, si no paras en el momento correcto, puedes despedazar una obra. Hay que saber empezar, pero también parar. Esto sucede en todos los aspectos de la vida y a veces nos aferramos a ciertos comportamientos o ideas cuando nada está escrito sobre piedra.
¿Por qué no… viajas?
Viajar es muy importante, no solo para pasar bonito, sino por el hecho de conocer más, de interactuar con distintas culturas, con distintos idiomas. Tengo unos amigos, una pareja de norteamericanos, que deben bordear los 78 años, y en este momento están en África. Me parece admirable que, entrando al piso ocho, hayan hecho este viaje. Pero, además, puedes viajar en el país, cerca de donde vives, porque siempre es bueno salir del espacio en el que te encuentras. Y, si no tienes el dinero, lo puedes hacer incluso con tu imaginación.
¿Por qué no… eres más curioso y vas a una muestra de arte?
Sobre todo, si no has ido antes. El arte pictórico, el arte visual, como otras manifestaciones artísticas, necesitan de un público y el artista sin público no está completo. En mi opinión, una vida que ha sido vivida es una vida que ha sido experimentada. A través de una muestra artística puedes darte cuenta de tu individualidad, porque todos somos únicos y nos relacionamos con una obra de manera distinta. Mediante una exposición reafirmas quién eres y eso es muy bueno. (I)
Esta nota se publicó en la edición de Diciembre de Harper's BAZAAR Ecuador.