El pasado 16 de septiembre la plaza central del centro comercial Scala se transformó en una pasarela en forma de cruz, donde 40 looks —todos modelados por adolescentes de entre 12 a 18 años— contaron una historia de libertad, autenticidad y propósito.
La noche se dividió en dos momentos. El primer set fue un estallido de colores vibrantes, reviviendo la despreocupación de un clásico verano juvenil con estampados florales, pañuelos, volantes y flecos. No faltaron las telas translúcidas y las texturas brillantes, acompañadas de botas —desde botines hasta cowboy boots— que contrastaron con faldas y vestidos ligeros. En el segundo momento, la paleta se volvió más serena y minimalista, demostrando calma, pero manteniendo el concepto casi bohemio de los looks previos. Esta combinación reflejó las múltiples facetas que viven las adolescentes a lo largo de esos cortos, pero complejos, años.
Detrás del proyecto está Mila Berg Cobo, una creadora de 13 años que creció rodeada de arte y sensibilidad. Su visión dio vida a KAIA, que significa “mar y tierra” y simboliza el equilibrio entre lo emocional y lo tangible. “Desde los bocetos iniciales hasta las pruebas finales, Mila participó en todo el proceso creativo”, comentó Fernanda Cobo, su madre.
“Eligió telas, propuso cortes y definió los matices de una colección que habla su propio idioma”.
Pero el trabajo creativo tomó forma bajo la dirección de Anabella Sauerbrey Moscoso, diseñadora recién graduada e hija de Gabriela Moscoso, cofundadora de “Just Saying”. “Trabajar con Mila fue una experiencia única y transformadora”, señaló Sauerbrey. “Tuve la oportunidad de crear una colección a través de sus ojos, convirtiendo el proceso en algo mucho más humano y emocional”.
Gabriela Moscoso y Melissa Wright, fundadoras de la marca, explican que KAIA es una rama de su más reciente colección, authenti-k: “Una historia sin molde o patrones, con formas asimétricas, que invita a mirar más allá de lo que se ve”.
Según Cobo, la colaboración con “Just Saying” nació de manera natural. Fundada en 2018, la firma ecuatoriana ha trabajado para llenar un vacío en la moda adolescente, un segmento que suele quedar al margen entre la niñez y la adultez. En ese sentido, KAIA aparece como un diálogo entre generaciones. Una marca que confía en el talento emergente y entiende la ropa como una extensión de la identidad.
El desfile no solo celebró la creatividad y la adolescencia, en su corazón también latió una causa social. Todo lo recaudado en las entradas, al igual que un porcentaje de las ventas de la colección, se destinará a la Fundación Camina Conmigo, dedicada a niños con autismo y otras neurodivergencias. Entre ambas presentaciones de la colección, también desfilaron la presidenta de la fundación, María Gabriela Avellán, junto a su hijo Lucas, quien inspiró la creación de la organización hace 12 años.
“Empecé la fundación por mi hijo, quien transparentó la carencia que existe en el sistema para el manejo de esta condición”, dijo Avellán.
KAIA by Mila x Just Saying se convirtió así en una pasarela que unió moda e inclusión. “Me gusta que todo el mundo tenga los mismos derechos y que cada uno se exprese como es”, dijo Mila en un video al finalizar la pasarela. “Todos somos iguales y todos deberían darse cuenta de eso. KAIA es una propuesta que trata de que todo el mundo se sienta cómodo”.
El momento más emotivo de la noche llegó con la aparición final de las diseñadoras acompañadas por Ambar Kishpe, una niña de seis años, parte de la fundación. “Para ella fue un sueño hecho realidad”, concluyó Avellán. La escena resumió el espíritu del proyecto: un encuentro entre arte, juventud y empatía. (I)