MIGUEL MOYANO PORTADA

La historia de Miguel Moyano inicia en Ambato. Los botones, las telas y los retazos están en los recuerdos de su infancia gracias a su madre, que también tenía ese lado creativo. Su primer acercamiento a esta esfera fue en el colegio, cuando diseñó el uniforme de las porristas de su curso. “Una compañera me vio dibujando y me pidió ayuda. No sabía que eso se llamaba boceto”, recuerda entre risas. Aquel experimento marcó el inicio de un camino que, con el tiempo, lo llevaría a otros países y escenarios.

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Comenzó sus estudios de diseño en Quito, pero al poco tiempo se mudó a Colombia. Viajó a los 18 años, por lo que parte de su carácter y formación como adulto se dio allá. Esto –sumado a que su madre es ecuatoriana y su padre argentino– hizo que se sienta como un eterno migrante. “Tengo raíces en los dos lugares, pero ninguno termina de reclamar como suyo”, explica, destacando esa sensación que se transformó en el eje de su identidad creativa.

“La multiculturalidad es un factor clave en mi desarrollo artístico”. 

En 2012 presentó su primera colección en Colombiamoda, inspirada en la multiculturalidad. Poco después obtuvo el premio a “Diseñador Revelación”, un impulso que le permitió explorar la relación entre el cuerpo y el vestuario. “Me interesaba entender cómo el cuerpo puede apropiarse de la cultura y crear una nueva”. Después de graduarse, vivió un año en Londres. Se fue sin plan, solo con el nomadismo como el norte de su brújula. Ese período reforzó su curiosidad por otras culturas y su facilidad para adaptarse a distintos entornos.

De regreso a Colombia, fundó Moyano, en homenaje a su madre. La primera colección nació en 2016, poco después del terremoto en Ecuador que afectó a su familia, que vivía en la costa. “Estaba inspirada en los cimientos, en lo que queda después de la destrucción. Fue un proceso de volver a las raíces”. Al mismo tiempo trabajó como asistente de vestuario en videos musicales, abriéndose otro camino. Dos años más tarde, lanzó su segunda marca Miguemo, inspirada en la cultura pop de los años 2000. “Crecí viendo los videos musicales de Britney Spears, Christina Aguilera y Beyoncé. Esa estética marcó mi manera de ver la moda”. 

MIGUEL MOYANO _INTERNA
Cortesía Miguel Moyano

La primera artista que vistió fue por casualidad. Kali Uchis caminaba por Medellín y encontró la tienda que Moyano acababa de abrir, le gustó y entró al establecimiento. “Estaba con su stylist, se enamoró de una prenda y la hicimos a su medida”. Ese fue su primer acercamiento al mundo del espectáculo. Desde entonces, ha colaborado en proyectos para artistas como: Greeicy Rendón, Mike Bahía, Piso 21, Goyo, Maluma y Manuel Turizo. 

“En el escenario, la ropa se convierte en una segunda piel, una extensión del cuerpo”. 

Para Moyano, su trabajo sigue siendo el mismo. Cambió las pasarelas por escenarios y las modelos por cantantes, pero mantiene el enfoque: el show y la teatralidad de la ropa. Su proceso creativo comienza por entender la coreografía, los movimientos y la función del vestuario en la presentación. “Si hay baile, los textiles deben acompañar el cuerpo. La ropa se vuelve parte del movimiento”.

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En este último año, Moyano consolidó su trabajo como el personal stylist de la cantante Greeicy. “Nunca me lo imaginé. Me encanta trabajar con ella, es mi musa y mi inspiración”. 

Aunque vive entre Medellín y Miami, mantiene un vínculo constante con Ecuador. Este año busca retomar su trabajo con su primera marca Moyano, con la posible producción de las prendas en Ambato. “Esa marca me recuerda de dónde vengo”. No lo hace como un negocio central, sino como un espacio personal de experimentación y memoria. Cuando habla de Ecuador, lo hace desde el cariño y la nostalgia. “Lo que debo a mi país es la nostalgia, esa melancolía, porque lo lejano siempre está en mi trabajo”. (I)