Talento emergente

¿Qué nos dejó Londres? Las 5 tendencias que dominaron esta fashion week

La segunda parada de las Big Four llegó a su fin. Con ella, vimos nuevas propuestas y tendencias más experimentales que marcarán las siguientes temporadas.

Por Valeria Kohn Ávila

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“La Semana de la Moda de Londres es una exposición de excelencia que cuenta la historia de la moda como un verdadero activo nacional de nuestro país”, afirmó Caroline Rush, directora ejecutiva del British Fashion Council. “Más que ropa, es la historia de quiénes somos”. Londres es considerada la semana más experimental, que promueve el talento joven y las apuestas más innovadoras y arriesgadas. 

Es una semana en donde crecen nuevas casas. Los diseñadores tienen la audacia de vivir en su imaginación sin pensar puramente en lo comercial.  Este año, nuevos nombres cobraron vida:

oscar ouyang debut LWF. Laura Rose/Dave Benett / Getty Images.
  1. Oscar Ouyang, recién salido de Central Saint Martins, presentó su primera colección con knitwear experimental, lleno de referencias al anime, la naturaleza y la artesanía. 
  2. Louis Mayhew, formado en London College of Fashion, debutó en el calendario gracias a Fashion East, con una propuesta que combina frescura y provocación. 
  3. Jacek Gleba, diseñador español-polaco, también hizo su primera aparición aportando un lenguaje visual nuevo dentro del circuito londinense.

Esta semana ha sido juzgada por perder muchos diseñadores y “relevancia” de las grandes casas. “Ahora se trata de la próxima era, de reconstruir la moda británica y el ecosistema hasta que obtengan el respeto que merecen”, afirmó Rush.

“No hay ninguna ciudad donde los diseñadores lleven los límites tan lejos como lo hacen aquí”, afirmó, por su parte, Bernard Garby, analista y estratega de moda, reconocido por su lectura crítica del sistema de pasarelas internacionales. ¿Y cómo se ve todo esto en la práctica? Estas son las tendencias que definieron la semana más audaz de la moda.

Asimetría en movimiento

El desbalance se volvió un nuevo canon de belleza. Vestidos con un solo hombro, faldas desiguales y cortes inesperados desafiaron la simetría clásica. Lo vimos en marcas como Lueder. Sus colecciones suelen tener un aire místico y futurista, con prendas que evocan armaduras suaves o trajes protectores. Roksanda, celebrando 20 años de trayectoria, mostró cómo un vestido puede transformarse en arquitectura al torcer líneas y drapear telas con aparente irregularidad. La asimetría no es un error: es la declaración más contemporánea de libertad creativa.

roksanda LWF. Lia Toby / Getty Images

Romanticismo oscuro

La feminidad se tiñó de sombras. Richard Quinn llevó sus flores couture a un terreno oscuro. Con muchos tonos negros, entre los detalles de las cintas, las lentejuelas y los volúmenes teatrales. En paralelo, Dreaming Eli exploró la sensualidad desde la transparencia y el encaje, construyendo vestidos etéreos que respiran delicadeza y misterio a la vez. Entre lo majestuoso y lo íntimo, la pasarela londinense confirmó que el romance puede ser tan poético como dramático. 

Richard Quinn LWF. Giovanni Giannoni/WWD / Getty Images

Los flecos

Lejos de ser un simple adorno bohemio, los flecos se transformaron en un recurso de impacto. En Labrum London aparecieron no solo en prendas, sino también en accesorios, reinventando carteras y hasta sombreros. Ahluwalia los llevó a un terreno menos convencional: un blazer convertido en pieza viva y prendas construidas íntegramente con esta técnica. Y, como broche de la semana, Burberry retomó los flecos en clave sofisticada, llevándolos a un símbolo de modernidad británica. Hoy, son una declaración contemporánea de movimiento, energía y sensualidad.

burberry LWF Kate Green / Getty Images
burberry LWF / Getty Images

Maximalismo experimental

El exceso llevado a territorios de prueba, donde las capas, los adornos y el dramatismo no buscan solo deslumbrar, sino cuestionar, provocar y experimentar con nuevas formas de vestir. Jawara Alleyne, diseñador caribeño-británico, apostó por un maximalismo crudo y emocional, hecho de capas de tela, recortes en las prendas y accesorios desde velos a sombreros exóticos. Up-cycling y materiales intervenidos revelaron una experimentación sin fronteras, inspirada en la tabanca caribeña. La marca, Sprayground presentó un show cargado de color, estampados gráficos, estructuras maximalistas y accesorios oversize que se robaron la atención.

jawara alleyne LWF. Victor VIRGILE/Gamma-Rapho / Getty Images

Inocencia nostálgica

Con siluetas que evocan lo naïve y lo infantil, Yuhan Wang llevó a la pasarela un romanticismo atravesado por la nostalgia. Encajes vaporosos, organzas ligeras y transparencias delicadas dieron forma a vestidos que parecían recuerdos de infancia, teñidos de una tensión contemporánea. En sintonía, Simone Rocha reforzó esta narrativa desde la elección del venue y la paleta en tonos pastel, hasta los accesorios inesperados —almohadas y flores llevadas por los modelos— que añadieron un toque de feminidad lúdica.

Simone Rocha LFW. Simon Ackerman/WireImage / Getty Images
simone-rocha LWF Eamonn M. McCormack / Getty Images

Más allá de la creatividad, esta edición de Londres estuvo marcada por un nuevo reglamento que exige a las marcas un mayor compromiso con la sostenibilidad. “Tenemos como objetivo que el 100 % de las materias primas clave de nuestros productos estén certificadas y sean trazables para el ejercicio fiscal 2029/30”, resaltó Burberry, que cerró oficialmente la Semana de la Moda de Londres con su desfile. 

La sostenibilidad se convirtió en la sexta gran tendencia de la semana. Pero, ¿realmente es una tendencia? La expectativa es que se consolide como un valor permanente en la moda global. (I)