La infancia de Espinosa estuvo marcada por la confección. Nació en 1997 en Atuntaqui, una ciudad textil ubicada al norte del país. Sus recuerdos más atesorados son de ella y su hermana, jugando con las máquinas de coser, de la fábrica de sus padres. Trataban de hacer vestidos, pero siempre estropeaban algún equipo. Este negocio, que tiene más de 30 años de funcionamiento, fue el espacio donde creció y –al vivir en el piso de arriba– sus trabajadores se convirtieron en parte de su familia.
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Estudiar diseño fue una decisión natural, casi instintiva. Se mudó a Quito por la universidad, donde vivió cinco años. En 2020, por el Covid-19, regresó a su ciudad natal y –luego de varios emprendimientos con sus hermanos, como la venta de mascarillas bordadas– creó su propia tienda llamada Vida mía. Un espacio para comercializar su vestimenta, casual y comercial, que se llamaba Halfway Down. Además, compartía este espacio con otras marcas de Manta, Quito y Ambato. La idea duró tres años porque, a pesar de que era su negocio, se sentía desconectada.
Espinosa no confeccionaba porque su trabajo se centraba, netamente, en escoger los diseños, comprar la tela y entregarla a las costureras. “No estaba involucrada, solo llegaba a perchar las prendas”, confiesa la diseñadora a Harper’s BAZAAR Ecuador. La competencia desleal y su deseo de continuar con su formación en Argentina la motivaron a cerrar las puertas de este primer emprendimiento.
Su paso por la Universidad de Palermo hizo que cambie de visión. En 2024, Espinosa asistió a una exposición de cuadros y lámparas realizadas con macramé, una técnica de tejido basada en nudos con hilo de algodón. “Me encantó el material y decidí utilizarlo en un trabajo de clase”. Así empezó a buscar distintos cordones que se adapten y aprendió, de manera empírica y con tutoriales de internet, a tejer los diseños que tenía en su mente.
“No tuve ningún curso, fui autodidacta”.
Poco a poco, esta ecuatoriana creó su propia técnica para realizar tramados y por fin se sentía parte del proceso. Es una persona que ama trabajar con las manos, estar presente, moldear y jugar con los materiales. Con sus prototipos terminados y con mucho miedo, publicó en las redes sociales, donde la recepción fue positiva. Gracias a ese impulso, lanzó “Confluir”, su tercera colección, conformada por ocho piezas entre vestidos, pantalones, chaquetas y tops, con una cromática de tonos beige y blancos.
El nombre de esta producción nació de dos sentimientos opuestos que hablan en cada prenda: tranquilidad y angustia. La primera se encuentra representada en la paleta de colores y en los tejidos naturales. Mientras que, la segunda, en la carencia de patrones determinados y en la experimentación del cordón y la asimetría.
“No sabía cómo la gente iba a recibir una prenda totalmente en cordón, pero son las más vendidas”.
Otro reto fue residir en Argentina y producir en Ecuador. Se apoyó de su familia y de una pasante de la fábrica que aprendió su técnica. También, viajó a Quito en diciembre del año pasado para preparar sus nuevas propuestas. Hoy, sus creaciones han salido en editoriales de revistas nacionales e internacionales como L’Officiel. Tiene presencia en Quito y Cuenca y hace envíos a Estados Unidos, México, España y Argentina.
En julio de 2025 lanzó una segunda parte de la colección, con 10 piezas, donde jugó con los colores, las texturas y las telas. El cordón no es solo estético, sino que tiene una funcionalidad. Por ejemplo, una de sus chaquetas es regulable a través de los hilos y –en otros casos– los usuarios pueden jugar con el terminado de las prendas.
Para esta diseñadora, el tejido se convirtió en una puerta abierta a la creatividad y en la oportunidad de construir algo más auténtico. Con la culminación de sus estudios, Espinosa regresará a Ecuador para presentar su colección casual street style, que invita a las personas a jugar y a divertirse con la moda.
Hoy, Macarena es el reflejo de su propio tejido: experimental y versátil. (I)
*Créditos
Diseñadora: Macarena Espinosa
Productora: Valeria Estrada
Fotógrafa: Luciana Oscanoa
Asistente: Marcela Estrada
Modelo: Rafaela Rivas
Makeup: Vera andahazi