Cine ecuatoriano

“Los Ahogados” y eso que hay por debajo de un filme ecuatoriano

La reciente estrenada película ecuatoriana, “Los Ahogados”, es un thriller psicológico que deja en claro que Juan Sebastián Jácome, uno de sus codirectores, es un cineasta al que no hay que perderle la pista.

Por Eduardo Varas Carvajal

Los ahogados — Cortesía AbacaFilms

Al inicio, en la segunda escena, se puede ver a Rosana —interpretada por Kelly Lucero— aspirando el piso de la casa en la que trabaja. Es un hogar de clase alta, se nota; ella parece esmerarse y, de golpe, coloca la aspiradora sobre una pared y se pone, extrañamente, a limpiar. De improviso, ella pone un pie en esa pared y luego el otro y ahí –como si fuese El hombre araña– empieza a caminar sobre una superficie de 45 grados.

Y no, no es que Los Ahogados sea un largometraje sobre cosas extrañas. Estas, si bien suceden, están muy contenidas en el sentido de la obra que coescribieron y codirigieron el ecuatoriano Juan Sebastián Jácome y el peruano-panameño V. Mares. Este es un thriller psicológico sobre lo que provocó una tragedia en un grupo de personas: Rosana va a estar muerta en los primeros minutos, ahogada en la piscina del lugar.

Los ahogados. Cortesía AbacaFilms

Los realizadores apostaron por una historia en la que Marcela —la impresionante Giovanna Andrade—; su esposo Tomás —Fernando Arze Echalar— y Emilia, la hija de ambos —Amelia Yépez—, junto a la señora Norma —la fabulosa empleada doméstica de años, interpretado por Pilar Olmedo— deben lidiar con los hechos que culminaron en la muerte de esta chica, así como con la presión social y la culpa. Esta no es una cinta para descubrir quién le hizo qué a la joven mujer muerta; aquí se trata de cómo se vive la responsabilidad.

Y a veces eso puede ser una pesadilla. Una en la que hasta lo real puede dejar de tener sentido.

 “Queríamos alejarnos un poco de lo que pasa en Latinoamérica o por lo menos en Ecuador, porque, por lo general, es una zona muy intensa en lo político”, cuenta Jácome.

Si bien hay un gesto social en la creación del guión y en el crimen que está en el centro de la historia, el objetivo es otro: “cuando iniciamos el proceso de escritura, encontramos esta noticia —la empleada doméstica muerta en la piscina de la casa en la que trabajaba—. Y sí, partió desde un hecho político, desde las conversaciones entre Mares y yo sobre sobre la justicia y sobre qué pasa cuando una chica muere en un espacio así y cómo se puede, fácilmente, manipular lo que pasó. Entonces, parte de eso porque estamos rodeados, como bombardeados, por un sistema totalmente roto”.

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Pero Los Ahogados no es una denuncia social; algo que, por alguna razón, muchos asumen como la base del cine ecuatoriano. Quizás existen filmes nacionales que se movieran por esa vía, pero no siempre mostrar lo que pasa en la realidad es un acto de protesta. “En este proyecto me interesaba entrar en una cabeza” confiesa el realizador. Esa cabeza es la de Marcela, quien sostiene sobre sus hombros el peso de la historia, que pone en evidencia su paranoia casi sin hablar.

¿Cómo crear personajes?

Los ahogados. Cortesía AbacaFilms

Giovanna Andrade hace algo mágico. Tanto que consigue dejar de lado la imagen que el público puede tener de ella como presentadora y actriz de televisión, nacional o internacional. Ya no es el interés romántico de El Cholito, por ejemplo. Es algo más, es una fuerza de la naturaleza en pantalla. Jácome y Mares ponen la cámara casi en primer plano para que –a través de sus gestos y sus ojos– ella diga todo. Es una clase magistral de actuación.

“Yo sabía de dónde venía y sabía que ella nunca había hecho algo como esto —dice el codirector—. Desde el primer día le dije ‘tú sostienes la película’”. ¿Eso significó que debieron esforzarse para conseguir el resultado que se consiguió? Sí, dice Jácome, sobre todo porque este era un lenguaje nuevo: “Yo intenté trabajar con ella en base a sus ojos, o sea, que no intentara transmitir demasiado con su cuerpo, con su rostro, con su voz (…) que canalizara al personaje hacia sus ojos”.

Los ahogados. Cortesía AbacaFilms

Todo estaba listo para empezar a rodar entre 2020 y 2021, hasta había una coproducción distinta entre Colombia, Ecuador y Uruguay. Sin embargo, la pandemia cambió las reglas y eso significó que la productora colombiana se retirara y que el tema financiero tuviera que replantearse. Se retrasó todo, lo que les permitió a Juan Sebastián y a V. retrabajar el libreto; y eso fue algo “bueno, porque fue ganando surrealismo (…) y se hizo más personal”.

Los Ahogados se rodó durante mes y medio en septiembre de 2022, en Quito. Giovanna Andrade se vino a vivir a la ciudad, absolutamente convencida de la historia que iban a contar. “Yo conecté con Marcela desde el inicio, desde el momento que leí el guión, me encantó”, dijo durante la presentación del montaje final a medios de comunicación, a inicios de septiembre.

“De hecho tuve una controversia con mi mánager que me dijo que no me convenía hacerlo, pero esta historia me enamoró, ganó mi compromiso como actriz y la verdad fue bárbaro”, remata.

La actriz aseguró que llegó a la protagonista con rapidez, al segundo día de estar en Quito para el rol: durante el cambio de look para iniciar la grabación hubo un accidente y le dañaron el pelo. Ella decidió asumirlo como un hecho del presente, siguiendo lo que había aprendido como actriz de teatro: “¿Qué me estás queriendo decir? Y entendí que desde ese día ya no era Giovanna”.

Los ahogados. Cortesía AbacaFilms

Con esta película, Juan Sebastián Jácome deja por sentado que lo suyo es contar historias en las que las relaciones, padres e hijos, son fundamentales y en las que un elenco reducido es suficiente para impactar al espectador. Ha pasado en sus otros dos filmes: Ruta de la luna (2012) y Cenizas (2018). Aquí hay un dolor y seres que están haciendo lo que creen que les hará bien, aunque no necesariamente sea lo correcto. (I)