Tonificar sin esfuerzo

Esto fue lo que pasó después de usar una plataforma vibratoria por dos semanas

¿Por qué todo el mundo habla de esta plataforma vibratoria que promete drenar el sistema linfático, acelerar la recuperación muscular y mucho más?

Por Katie Intner

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Cuando se trata de tipos de personalidad, me considero parte de un subconjunto bastante particular: Tipo A menos. Es decir, suelo ser Tipo A la mayor parte del tiempo. Aun así, me inclino más hacia el Tipo B cuando se trata de mis mensajes sin leer o de cuántas veces pospongo la alarma. Pero hay algo en lo que, sin duda, soy extra Tipo A: mi rutina de bienestar. 

Recientemente, creé una nota compartida en mi iPhone con una amiga, donde detallo todos los suplementos y polvos saludables que tomo, cuándo los tomo y con enlaces a cada producto. Sin embargo, mi más reciente obsesión wellness no tiene nada que ver con un refuerzo ingerible, sino con un dispositivo que podría transportarte directamente a un video de ejercicios de los años 80, al más puro estilo Olivia Newton-John.

¿Qué es una plataforma vibratoria?

Las plataformas vibratorias invaden mi algoritmo de TikTok últimamente, pero este dispositivo ya era muy utilizado en los años 70 y 80 por atletas que buscaban mejorar su rendimiento y recuperación. “Se usaron por primera vez en rehabilitación e incluso en el entrenamiento de astronautas, para ayudar a prevenir la pérdida de masa ósea o musculas. Ahora se han vuelto populares tanto en los gimnasios como en casa, para el fitness y el bienestar en general”, explica Jeff Paul, director de entrenamiento personal en Chelsea Piers Fitness.

Ahora parece que cada persona que sale en mi For You Page ha incorporado la plataforma vibratoria a su rutina, así que decidí averiguar por mí misma de qué se trata tanto revuelo. 

“Las plataformas vibratorias emiten suaves vibraciones mientras te mantienes de pie, sentado o haces ejercicio sobre ellas. Esas pequeñas y rápidas vibraciones hacen que los músculos se contraigan muchas veces por segundo, mucho más de lo que lo harían durante un entrenamiento normal. Cuando se utilizan correctamente, las plataformas vibratorias pueden ayudar a mejorar la circulación y el flujo linfático, lo que favorece la recuperación y reduce la acumulación de líquidos”, explica Paul. 

Estas plataformas aseguran activar cientos de músculos, incluso aquellos que tus clases habituales de pilates o ciclismo no logran trabajar, lo que podría contribuir a un leve aumento de la masa muscular. También se afirma que incrementan la densidad ósea, ayudando a prevenir la osteoporosis, una condición que suele aparecer de forma natural con el paso de los años.

“La investigación respalda que las plataformas vibratorias son beneficiosas para fortalecer los músculos, mejorar la densidad ósea y reducir el riesgo de caídas”, explica Sarah Koehl, doctora en fisioterapia en WAVE Physical Therapy & Pilates. “Pueden ser especialmente útiles para los adultos mayores o para cualquier persona que no pueda realizar entrenamiento de fuerza tradicional con cargas elevadas”.

Al buscar una plataforma vibratoria, descubrí que existen varias categorías, siendo las dos más populares las lineales y las oscilantes. Estas últimas se mueven de lado a lado y suelen ser más suaves para las articulaciones. Yo opté por esta opción, de la marca LifePro.

Sin embargo, si tu objetivo es aumentar masa muscular, Koehl añade que las plataformas vibratorias ofrecen un incremento de masa similar —o ligeramente superior— al del entrenamiento de fuerza convencional; y que una plataforma vertical resulta más efectiva para desarrollar músculo.

¿Cómo se usa?

Pueden utilizarse para drenaje linfático, que fue, precisamente, mi motivación para incorporar el dispositivo a mi rutina. También puedes entrenar sobre la plataforma, integrándola en ejercicios como flexiones o sentadillas para aumentar la intensidad del movimiento. Usarla es bastante sencillo: me coloco de pie sobre la plataforma durante 10 minutos al día y dejo que las vibraciones hagan su trabajo. 

Cuando empecé a usar el dispositivo LifePro Vibra, lo configuré en un nivel de velocidad dos, pero con el tiempo he llegado hasta el seis. Lo que más me gusta del LifePro Vibra es que se controla por voz y viene con un control remoto, lo que me permite ajustar la velocidad y el tiempo de uso con solo hablarle o tocar un botón, sin tener que bajarme de la plataforma a mitad de la sesión. 

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Paul advierte sobre no abusar ni excederse en el tiempo de uso de la plataforma vibratoria. “Un nivel de intensidad demasiado alto o sesiones largas pueden causar molestias en las articulaciones o mareos. Si tienes un marcapasos, una cirugía reciente o alguna condición médica, consulta con tu médico antes de usarla. De lo contrario, comienza poco a poco y observa cómo responde tu cuerpo”.

Veredicto

Usé el LifePro Virba de manera constante durante 10 minutos cada mañana, generalmente después de entrenar, para favorecer la recuperación y reducir la hinchazón matutina. He escuchado historias de personas que experimentaron movimientos intestinales inmediatos o una disminución notable de la hinchazón tras usar el dispositivo. Aunque mis resultados no fueron tan drásticos, sí he notado una diferencia desde que lo incorporé a mi rutina. Para empezar, mis músculos se sienten menos adoloridos, incluso después de probar entrenamientos nuevos que trabajan grupos musculares distintos a los habituales. Además, me encanta usar la plataforma como un refuerzo para el drenaje linfático, ya que la vibración activa el sistema linfático y evita la retención de líquidos, incluso en los días en que no hago ejercicio.

“Las plataformas vibratorias no son una solución mágica. Obtendrás mejores resultados si combinas la vibración con movimiento. En lugar de solo pararte sobre ella, intenta hacer sentadillas, estocadas o ejercicios de equilibrio. Ahí es cuando verás mejoras reales en la activación muscular, la circulación y la estabilidad. Por sí solas, funcionan más como un complemento del entrenamiento que como un sustituto”, afirma Paul.

Cabe destacar que el dispositivo es voluminoso, especialmente en un departamento pequeño de Nueva York, como el mío. Sin embargo, puede deslizarse fácilmente bajo la cama o detrás de un mueble. Ya sea que quieras revivir una rutina de ejercicios al estilo de los años 80 o mejorar tu drenaje linfático, las plataformas vibratorias definitivamente valen la pena si cuentas con el espacio.

Este artículo fue publicado originalmente en Harper's BAZAAR Estados Unidos.