El ban del benzaldehído

¿Están los perfumes de cereza en peligro de extinción?

Las nuevas regulaciones en la industria perfumera podrían cambiar para siempre el aroma de los perfumes con notas de cereza. Aquí, varios perfumistas explican qué está ocurriendo realmente.

Por Jenna Rosenstein

COLLAGE BY SARAH OLIVERI —

Este verano tuve el privilegio de pasar un tiempo con el maestro perfumista Olivier Cresp, la nariz detrás de fragancias icónicas como Angel de Mugler y Light Blue de Dolce & Gabbana, en la isla de Capri. Pasamos 20 minutos conversando sobre tendencias olfativas y avances en tecnología de ingredientes, hasta que Cresp me dejó caer una bomba de belleza: me dijo que los perfumes de cereza podrían llegar a su fin por culpa de un solo componente.

“El benzaldehído será totalmente prohibido para 2027, así que eso significa que, incluso ahora, debemos retirarlo de nuestras fórmulas y de los productos en el mercado. Y eso implica que no habrá más almendra ni cereza”, explicó. 

Le pedí que me contara más. “No puedo creer que después de 50 años en la industria ya no pueda crear nada con cereza ni con almendra… no sin benzaldehído porque no existe un sustituto. A los consumidores no les importa ahora, pero en cuanto huelan sus perfumes, que ya no serán los mismos, van a quejarse".

Cortesía de Phlur

Estas regulaciones cada vez más estrictas están impulsadas por la Asociación Internacional de Fragancias (IFRA), una organización que agrupa a las principales casas perfumeras del mundo y por la legislación de la Unión Europea. Cresp no sería el primer perfumista en decirme que estas normas no solo restringen su estilo y limitan su creatividad, sino que están transformando de manera fundamental muchas de las fragancias que hoy encontramos en el mercado.

En el caso de los perfumes con notas de cereza, las regulaciones se centran en el benzaldehído, un ingrediente que se encuentra de forma natural en el aceite de almendra amarga –aunque también puede producirse de manera sintética– que aporta ese característico aroma dulce a cereza y almendra. Sin embargo, no está exento de preocupaciones en materia de seguridad: la IFRA afirma que provoca sensibilización dérmica y toxicidad sistémica. En términos simples, puede resultar alergénico o irritante en bajas concentraciones y tóxico para el consumo humano en dosis elevadas.

Charles de Lusignan, director global de comunicación de la IFRA, explica que la legislación de la Unión Europea ha clasificado el benzaldehído como “Reprotoxic 1B”, lo que significa que se presume que es tóxico para la reproducción humana según estudios realizados en animales. Añade que existe un Estándar IFRA respecto a su uso, que constituye básicamente una fuerte recomendación para que las casas perfumeras restrinjan este ingrediente.

“En cuanto a los Estándares IFRA, cuando se impone una restricción es porque existe evidencia científica suficiente para hacerlo, tras la evaluación de seguridad revisada por pares que realiza el Research Institute for Fragrance Materials (RIFM). La IFRA basa sus estándares en la ciencia del RIFM y en la evaluación de su panel independiente de expertos", explica Lusignan. (El RIFM es una organización científica global sin fines de lucro dedicada a estudiar la seguridad de los ingredientes aromáticos presentes en productos de consumo.)

Con la Unión Europea endureciendo las restricciones sobre el benzaldehído y ante las posibles preocupaciones de seguridad señaladas por la IFRA, muchas casas perfumeras han comenzado a reformular discretamente todas las fragancias que lo contienen. “Ciertas materias primas que históricamente se usaban para crear notas de cereza han sido restringidas por la IFRA por razones de seguridad, pero eso no significa que la cereza vaya a desaparecer de la perfumería”, explica Clement Gavarry, perfumista principal de Firmenich. “Dicho esto, representa un desafío para los perfumistas, que ahora deben ser más ingeniosos al momento de construir esa nota”.

El perfumista de Robertet, Jérôme Epinette, asegura que existen algunas alternativas al benzaldehído. “No es idéntico, pero se puede imitar su efecto ”. Una de esas vías es a través de moléculas aromáticas, que suelen emplearse más en la industria alimentaria que en perfumería.

“Hoy existen muchas tecnologías nuevas en las casas perfumeras que nos permiten capturar el aroma de una fruta de otra manera”, señala Kilian Hennessy, fundador de Kilian Paris y creador de fragancias que rompieron esquemas como Love, Don’t Be Shy y Angels’ Share. El problema con las moléculas aromáticas es que, aunque se acercan mucho al aroma que imitan, también son altamente efímeras. “Cada vez que comes una cucharada de yogur con sabor a frambuesa, si esa nota de frambuesa permaneciera en tu paladar, te resultaría insoportable”, explica Hennessy. “En el mundo de la perfumería ocurre lo mismo: contamos con estos aromas y podemos usar una pequeña cantidad para ofrecer una primera impresión, pero son sumamente volátiles”.

Phlur

Gavarry recurrió a moléculas aromáticas, junto con una mezcla de otras notas, para crear Cherry Stem, la nueva fragancia de Phlur. “Para Cherry Stem compuse el aroma entrelazando múltiples facetas que evocan la riqueza de la cereza negra: combiné ingredientes naturales, moléculas aromáticas y acordes ingeniosos que capturan la jugosidad, la acidez y la profundidad de la fruta sin depender de materiales restringidos. Lo que la hace interesante no es intentar copiar literalmente la cereza, sino reinterpretar la sensación y la atmósfera”.

Si notas que el perfume que has amado durante años huele distinto, no es tu olfato: los perfumes están cambiando. “Es común escuchar a los perfumistas hablar de la IFRA, ya que sus estándares implican un trabajo considerable de reformulación; aunque buena parte de esto también se debe a cambios legislativos”, explica de Lusignan, refiriéndose a la Unión Europea y otras entidades regulatorias. 

“Hace no mucho,teníamos entre los perfumistas la reputación de estar destruyendo su paleta creativa y de actuar como una especie de ‘policía de las fragancias’. Pero eso está muy lejos de la realidad. Cuando dialogamos con la Unión Europea y otros responsables políticos en el mundo, es para demostrar —cuando existen los datos toxicológicos y de exposición pertinentes— qué ingredientes aromáticos son seguros y cuáles podrían requerir un control más estricto”.

Por ahora, los perfumes de cereza seguirán entre nosotros, aunque los perfumistas anticipan que en los próximos años tenderán a ser más golosos que florales o amaderados. “No será el fin del mundo”, añade Epinette.

Este artículo salió originalmente en Harper's BAZAAR Estados Unidos.