Historias de vida
Dentro de uno de los diarios de Giovanni Lo Presti, diseñador suizo-italiano, se encuentra una lista que escribió en 2001, cuando tenía 19 años y empezaba su camino en la moda suiza. Ahí enumeró las cosas que quería lograr en este oficio: vestir a alguien o estar en las escaleras rojas del Festival de Cannes; tener su propio atelier; trabajar con celebridades; conocer a Donna Lewis, cantante británica; sacar una colección de trajes de novia y algo para niños…
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Hoy, con 44 años, un hijo y un cuarto de siglo después, cumplió cada uno de esos enunciados con su marca homónima. Con un español casi perfecto, recuerda esas memorias con cariño para Harper’s BAZAAR Ecuador. Nació en Suiza, pero sus padres y su alma son italianos. Su infancia estuvo llena de largos viajes para visitar a su familia en la isla de Sicilia. “Era otra época, nos sentíamos extranjeros en Suiza. Nos hacía falta nuestro país, nuestra cultura y nuestra comida”.
Su amor por el arte inició en su casa. Ambos padres eran bailarines de danza latinoamericana y su abuela tenía un taller de costura y limpieza de ropa. “Me gustaba jugar con pedazos de tela y pegamento. También, les ayudaba a mis hermanas a vestir a sus barbies”. Sus abuelas, viendo este interés de Lo Presti, decían que tal vez un día podría ser como Giorgio Armani o Valentino. Una conversación que se quedó en la mente de este diseñador.
“No tenía otras opciones ni plan B. Era esto o nada”.
Estudió moda en Suiza en una escuela privada y, según su relato, fue uno de los primeros hombres en hacerlo en aquel país. Dos años después se mudó a París por seis meses y luego a Londres para entrar a Central Saint Martins, un college que forma parte de la Universidad de las Artes de Londres. Allí conoció a una diseñadora griega que lo contrató como su asistente personal. La idea era laborar por seis meses, pero permaneció en Chipre, donde ella tenía su fábrica, por dos años.
"Era la primera vez que me iba tan lejos de casa. Tenía 25 años, no hablaba el idioma, era una cultura distinta, lo que me hizo ser mi propio amigo y compañero de viaje. Me hizo un ciudadano del mundo”.
En 2008, regresó a Suiza y tres años después creó su atelier. Su primera colección demostró su andar por el mundo. Titulada como Work in Progress, fue trabajada con su abuela Nunzia. Así, con esa visión, llegó a las semanas de la moda de Milán, París, Londres, Nueva York, Perú, Quito y Bolivia.
Para Lo Presti, el tema económico es uno de los mayores retos. “Al final del día todos tenemos que comer y pagar nuestros impuestos, pero yo elegí la moda por un tema de pasión”. Es consciente de que esto ha traído altos y bajos, buscando otras alternativas para sostener su vocación. Ha trabajado en restaurantes, discotecas, eventos, agencias, como wedding planner, como profesor de moda…
Su proceso creativo y la esencia de la marca
Este suizo-italiano explica que sus sentidos son indispensables. Por ejemplo, las telas le recuerdan a su infancia por lo que necesita tocar, oler y ver el material con el que va a trabajar. Su musa, es la mujer italiana –la mamá, la hermana, la tía, la abuela y la amiga– a quien representa a través de su arte. “Mantengo las espaldas descubiertas, los encajes, el rojo y el negro y el corazón sagrado. El ADN de la marca es Sicilia y eso nunca cambiará”.
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Con 30 colecciones hasta el momento, Lo Presti cierra esta temporada con un proyecto que engloba su trayectoria. Ecuador admiró una pequeña cápsula que se presentó en el Quito Fashion Week de este año, pero su colección final tendrá 100 outfits y se lanzará a finales de 2026. Para este proyecto regresó a sus raíces. Fue a la casa de sus padres y escuchó Las cuatro estaciones de Vivaldi. “Mi madre me preguntó si me acordaba que de niño pedí de regalo de Navidad un disco con esta canción”. A la par encontró los dibujos que hacía a esa edad lo que le inspiró a crear, entendiendo al joven que hizo esos trazos.
A esto se sumó la decisión de no implementar nuevas telas. Escogió entre el stock que tenía en sus talleres de Suiza e Italia, creando así Las cuatro estaciones de Giovanni Lo Presti. Cada una se representa con 25 looks. La primavera que fue el inicio. El verano, la pasión y los viajes. El otoño, la época de plantar su semilla. Y el invierno, que será el final de este periodo. “Después de 25 años miro mi pasado con cariño y aprecio cada oportunidad”. (I)