En Ecuador, la moda vuelve a conectarse con el territorio. No como discurso, sino como gesto vivo: fibras que hablan, cuerpos que recuerdan, técnicas que insisten en permanecer. Esa es la premisa de “Del tipo al arquetipo”, el proyecto que reunió en Quito a tres artistas —Ana Andrade, Estefanía Vázquez y Víctor Hugo Torres Uhzca— para proponer una lectura contemporánea de la identidad artesanal del país, bajo la coordinación y producción de Paulina Andrade.

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La colección se presentó como un estudio del cuerpo y su relación con la materia. Un espacio donde el tejido, la cestería y el lenguaje visual ancestral se integran a una estética moderna que no renuncia a la memoria. Cada pieza funcionó como símbolo y, al mismo tiempo, como rito: un recordatorio de cómo la moda se convierte en territorio, en mito y en vínculo social.
En las imágenes y los bocetos de la exposición, el gesto manual predomina: manos que tejen, pintan, moldean fibras naturales. Allí aparece la tesis central del proyecto: los arquetipos sobreviven en la forma, incluso cuando la modernidad intenta abstraerlos. La pasarela se plantea como un nuevo ritual donde lo colectivo y lo personal se cruzan sin confundirse.



Los artistas detrás del proyecto
- Ana Andrade: su trabajo parte del tejido a crochet como expresión del linaje materno. Sus piezas visuales exploran el cuerpo desde una mirada íntima, contemporánea y profundamente afectiva. Cada puntada sostiene una continuidad familiar y resignifica la artesanía como herramienta de identidad.
- Estefanía Vázquez: artista visual y diseñadora con trayectoria internacional, integra pintura, experimentación textil y sensibilidad artesanal. Sus procesos revelan cómo el textil puede convertirse en gesto pictórico, un espacio donde la forma adquiere voz propia. Su trabajo desafía las fronteras entre moda, arte y simbología.
- Víctor Hugo Torres Uhzca: trabaja la cestería contemporánea con técnicas ancestrales. Sus objetos abstractos, elaborados con fibras naturales, dialogan con la tradición sin replicarla. En la pasarela se observó cómo la escala, la textura y la organicidad de las piezas proponen nuevas formas de conectar con el entorno.






La dirección creativa y la producción de esta propuesta estuvieron en manos de Paulina Andrade, consultora y constructora de imagen formada en Argentina e Italia. Su trayectoria en asesoría de imagen y producción de eventos de moda se refleja en la coherencia estética y conceptual del proyecto.
“Del tipo al arquetipo” se presentó en el segundo día del Quito Fashion Week y no es solo una colección: es un manifiesto. Una invitación a revisar el origen, a comprender que la moda ecuatoriana no necesita recurrir a artificios para ser relevante; que su potencia está en la continuidad de sus símbolos, en la honestidad del oficio manual y en la capacidad de sus creadores para reinterpretar la tradición sin convertirla en cliché. (I)