Escultórico, a veces monocromático y otras vibrante: el chunky ring condensa el espíritu de una época que privilegia la afirmación sobre la discreción. ¿La primera en marcar el tono? Dua Lipa, quien, con motivo de su compromiso con Callum Turner, eligió un anillo de oro amarillo de curvas sensuales, engastado con un diamante redondo de dos quilates.
Todo comienza en el Renacimiento, como explica Only Natural Diamonds, el medio respaldado por el Natural Diamond Council. En esa época los orfebres europeos crean volúmenes más marcados que resaltan cabujones y esmaltes coloridos. Estas monturas audaces conquistan a los amantes de la joyería en las eras georgiana y victoriana, antes de alcanzar su apogeo a mediados del siglo XX bajo el nombre de anillos cóctel.
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Anillos escultóricos de líneas depuradas
En 2025, la chunky ring —o bague bombée, que en español sería anillo abombado— adopta una nueva silueta. Se atreve con trazos fluidos y decididos, y se engalana con piedras montadas en engaste cerrado, que es menos ostentoso: este tipo de engaste rodea la piedra y la protege de golpes sin restarle protagonismo. Una elección ideal para quienes desean llevar su joyería todos los días.
Las creadoras no tardaron en apropiarse de la tendencia con verdadera maestría. En Jessica McCormack, el chunky ring juega al contraste con el modelo Rush Hour, que oscila entre el minimalismo de los aros en oro amarillo y un diamante oval, montado en un engaste de inspiración georgiana. Con un espíritu plenamente contemporáneo, la casa Graff se aleja del clásico volumen abombado para apostar por líneas sinuosas que se entrelazan con elegancia alrededor del dedo.
Si bien el oro amarillo es su metal predilecto —como en Lauren Rubinski y sus variaciones del anillo Peggy—, el chunky ring se permite incursiones de acento pop. En Retrouvaí, la firma fundada por Kirsty Stone, la creadora reinterpreta las formas emblemáticas del modelo en una paleta de tonos deliciosos, combinando turmalina rosa y ópalo, amatista y turquesa, en su colección Lollipop.
El arte de complementar un chunky ring
¿Cómo usar esta pieza distintiva sin quedar opacada por sus volúmenes? Anaïs Mesmacque, directora artística, comparte su enfoque: “Me gusta la idea de llevar una sola pieza, como un talismán místico. Con prendas depuradas, de cortes amplios y materiales suaves —en la línea de Christophe Lemaire o Sœur, por ejemplo— el anillo ocupa todo su espacio. Lo llevo solo, sin otros accesorios, para acentuar su fuerza”.
¿Sus favoritos? El sello Gala Colivet Dennison, que diseña piezas como auténticos objetos de artesanía artística, y Sophie Buhai, cuyas sortijas redondeadas con acentos art déco se imponen como verdaderos esenciales. (I)
Este artículo salió originalmente en Harper’s BAZAAR Francia.