La cultura del estilo
Quito vivió una noche irrepetible, donde la moda y el lujo encontraron un nuevo lenguaje con la llegada de Harper’s BAZAAR. Bajo un cielo de luces infinitas y candelabros majestuosos, la revista de moda más influyente del mundo, con más de 150 años de historia, inauguró oficialmente su edición ecuatoriana y convirtió la velada en un manifiesto estético que conjugó la audacia de la moda con la teatralidad de la puesta en escena.
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El diseño del espacio fue la clave. La decoración, concebida por Cayetano y Mónica, transformó el salón en un universo suspendido entre fantasía y elegancia. Decenas de grandes candelabros de cristal colgaban del techo, multiplicando su brillo con un manto de miles de luces diminutas que imitaban un cielo estrellado. Una alfombra dorada condujo a los invitados hacia el corazón de la celebración, mientras destellos de cristales reflejaban la luz en cada rincón. La atmósfera se completó con una torre de postres que se convirtió en un símbolo elegante, un punto de encuentro que celebra tanto la estética como el placer.
En ese marco, la alfombra dorada se convirtió en pasarela. Hubo vestidos terracota solemnes de espaldas descubiertas, encajes y plumas que parecían flotar, transparencias que rozaban la irreverencia, vestidos largos de fuerza imponente y hasta un vestido de denim, con encajes y cuerdas que dictaban un nuevo código.
El negro, el dorado, el blanco… fueron los colores eternos, que convivieron con lentejuelas, vuelos, tejidos artesanales y siluetas estructuradas que ampliaban el rango de expresividad. Incluso los smokings femeninos se reinventaron con detalles inesperados y mangas voluminosas que sumaron teatralidad.
La celebración fue un mapa humano. Diseñadores, fotógrafos, empresarios y personalidades de la cultura y la farándula llenaron el espacio, en diálogo con referentes internacionales como Kim St. Clair Bodden, representante global de la firma. El talento ecuatoriano brilló con nombres como: Mónica Campaña, Vanessa Chiriboga, Paula Recalde, Lía Padilla, Lorena Cordero y Sarah Erazo, reafirmando que el país tiene voz propia en las conversaciones de moda globales.
Más que un lanzamiento, fue una declaración: Ecuador no solo recibe a Harper’s BAZAAR, sino que se muestra al mundo como un escenario de creatividad, audacia y sofisticación. Y si algo definió la noche, además de los looks, fue la escenografía por Cayetano y Mónica: un cielo de luces, candelabros y cristales que convirtió el debut de la revista en un hito cultural y estético. (I)