¿Cómo lidiamos con nuestras emociones en los momentos más difíciles? ¿Es posible abrazar el dolor? La nueva novela gráfica de la ilustradora ecuatoriana Anabel Llerena explora la pérdida y el duelo desde un lugar inesperado: la risa. Conocida en redes por su proyecto “La Cuca Ilustrada”, Llerena regresa con su segundo libro, “Instrucciones para llorar sin regar el café”, un antimanual para atravesar los momentos más oscuros de la vida con honestidad, vulnerabilidad y una sonrisa.
“Creo que el humor es mi forma de sobrevivir a todo”, dice la artista. Para ella, es una forma de conectar y sobrepasar las situaciones de su vida, riéndose de sí misma. En su universo de ilustración, reírse no niega el dolor: lo acompaña. Cada dibujo funciona como un recordatorio de que hundirse también es parte del proceso de reconstrucción.
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A sus 37 años, Llerena recorrió un camino tan visual como introspectivo. Estudió cine y publicidad en la Universidad San Francisco de Quito y –durante 15 años– trabajó en productoras audiovisuales antes de encontrar, casi por accidente, su voz en la ilustración. “Abrí ‘La Cuca Ilustrada’ para hablar desde el ingenio y desde el cómic de lo que no se dice: feminismo, salud mental y conciencia social”. El proyecto, que nació en pandemia gracias a las conversaciones que tenía con sus amigas, explotó en redes y marcó el inicio de una etapa: desde hace tres años se dedica por completo a ilustrar.
Su primera novela gráfica, publicada también de forma independiente, narraba su historia personal a través de sus relaciones y de los patrones emocionales aprendidos desde la niñez. Pero su segunda obra nace desde un lugar mucho más íntimo. Mientras preparaba el lanzamiento de su primer libro, sufrió una pérdida muy importante en su vida, la de su expareja. “Fue un momento tan duro que lo cambió todo". Entre la promoción y el duelo, “Instrucciones para llorar sin regar el café” comenzó a tomar forma.
Aunque está estructurada en 11 pasos, no es un manual para sanar, ni una guía tradicional del duelo. Ella narra desde la honestidad, incluso cuando el proceso “no es glamuroso como nos dijeron”. Es una invitación a permitirse estar mal. “Vivimos en una sociedad que nos exige estar bien, ser productivos, mostrarnos impecables. Esta obra es lo contrario: darte permiso para hacerte pedazos y después volver a armarte”.
“El que nos riamos de nuestro dolor no le quita importancia, sino que aliviana el peso”.
Visualmente, conserva la paleta cromática que la caracteriza. Si su primer trabajo estaba dominado por tonos morados y violetas, como una mirada hacia adentro, esta nueva publicación se abre a los rosados y los naranjas, evocando el amanecer como ese instante donde algo termina, pero también empieza. Para Llerena, la ilustración es una herramienta de conexión y comunidad. Su arte no busca inspirar, sino acompañar.
“No quiero que la gente lea mi libro y se sienta mejor. Quiero que respire y se dé cuenta de que no está sola”.
En esta ocasión, su propuesta se amplía con un “kit emocional” que incluye un juego de mesa y una colección limitada de ropa. Cada elemento busca acompañar el proceso de sanación y genera vínculos reales. El juego plantea retos y preguntas que van desde lo divertido hasta lo profundamente personal, mientras que la colección —realizada junto a la diseñadora Lía Padilla— presenta camisetas, tops y blusas ilustradas por Llerena.
“Tenía miedo de que el país no estuviera listo para una novela gráfica que toque estos temas, pero necesitamos hablar del dolor, porque estamos muy desconectados de él”. Quizás por eso, no busca respuestas, sino abrir una conversación. (I)