Cuando a Darren Aronofsky le dicen que va a hablar con alguien de Ecuador, lo primero que hace es confesar que adora el país. Sí, el director de Réquiem por un sueño (2000), El cisne negro (2010) y The Whale (2022), entre otras, sabe de este pedazo del mundo y no solo eso: lo ha visitado.
“Antes de empezar quiero decir que estuve en Ecuador durante las pasadas navidades y que me lo pasé de maravilla. Es un país increíble. Fui a Baños. Luego me adentré en la selva ecuatoriana y de ahí subí por los Andes”, dice Aronofsky. Inmediatamente habla sobre todo lo que disfrutó al estar en un festival del que no recordaba el nombre, pero que por su descripción es posible que se refiriera a la Diablada de Píllaro: “Así que me encanta Ecuador, me encanta Quito. No puedo esperar para volver”, sentencia.
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Esta no es la única sorpresa relacionada con el cineasta. Luego de filmes que se centran en lo dramático, lo oscuro y en cómo sus personajes enfrentan lo doloroso y lo complicado que les sucede, Aronofsky vuelve con su nueva película, Atrapado robando, y en ella, sin dejar de lado su foco en lo denso, se ha decantado por el humor como vehículo. Esta es una comedia negra en la que el personaje de Hank —interpretado por Austin Butler—, un bartender en una Nueva York de los años 90, se ve en medio de un enfrentamiento entre mafias solo por quedar al cuidado del gato de su vecino, que ha viajado a Londres por una emergencia familiar. Literalmente esta es una comedia de enredos, versión Aronofsky.
Lo cual no es poca cosa. Es decir, así como hay risas seguras, también hay escenas que remueven y golpean a los espectadores.
Atrapado robando está basada en una novela del mismo título escrita por Charles Houston, quien se encargó de la adaptación. No es la primera vez que el director recurre al mismo autor de una obra para trabajar el texto que ayudará a llevarla a la pantalla: lo hizo con Hubert Selby Jr en Réquiem por un sueño y con Samuel D. Hunter, quien adaptó para el cine su propia obra de teatro The Whale. ¿Eso le da alguna ventaja al hacer cine? “Bueno, en el caso de Charlie, hizo un trabajo realmente bueno, lleva escribiendo guiones y trabajando en Hollywood desde hace una década, si no es más, así que entiende el oficio. Muchas veces los novelistas no escriben guiones porque es un formato diferente y lleva tiempo aprenderlo, pero Charlie lo conocía muy bien y trabajó muy duro”, dice Aronofsky.
¿Qué significa trabajar duro? El realizador responde: “probablemente hicimos 20 borradores de su guion antes de estar listos para rodarlo”. El humor de Atrapado robado es una novedad en la filmografía del cineasta norteamericano de origen polaco: “Creo que en los primeros 15 minutos de esta película hay más chistes que en todas mis últimas nueve”, dice.
¿La comedia estaba guardada en algún lugar? Pues, de entrada, Aronofsky la ubica en el libro y en la escritura de Houston y, por ende, en el libreto. Pero hay otra respuesta más clara para él. “Gran parte provino del reparto. Es decir, tener a gente como Matt Smith, Liv Schreiber y Carol Kane, una de las mejores comediantes de su generación, fue un acierto. Nos llenamos de actores que le dieron mucho humor a todo lo que hacían, incluso Bad Bunny fue divertidísimo”, dice.
Lo es y en ciertos momentos remite a lo que Martin Scorsese consiguió en los años 80 en uno de sus filmes menos recordados: After hours. Aronofsky incluso usa aquí al protagonista de esa película, Griffin Dunne, en un rol pequeño, pero impactante. En otras secuencias, esta producción parecería estar en deuda con las historias de mafiosos de Guy Ritchie, especialmente Snatch.
Pero eso solo como referencia. Atrapado robando mezcla muy bien el tono humorístico de la historia con la tragedia que, conforme avanza el metraje, se va haciendo más grande y brutal. En el centro está Austin Butler, quien como Hank mueve la historia y busca desenredar todo, al mismo tiempo que trata de salir con vida. “Creo que muchos de mis trabajos suelen tener un personaje principal que ocupa el centro de la trama y que se convierte en mi principal colaborador”, confiesa el director.
Butler muestra que sirve para escenas intensas y para manejar muy bien el tiempo para saber cuándo y cómo hacer lo que debe hacer, para generar lo gracioso. Es realmente una actuación poderosa y Aronofsky lo supo siempre: “Hay muchos tonos diferentes e intentamos mantenerlo todo unido gracias a Hank, gracias a Austin. Si estás con él y sientes lo que él siente y piensas lo que él piensa, entonces toda la locura cobra sentido”.
¿Esto quiere decir que director y actor trabajaron juntos para conseguir lo que se ve en la pantalla? “Sí —dice Aronofsky—, Austin y yo trabajamos mucho juntos porque él está en todas las escenas, conversamos y luego rodamos. También, trabajamos con todos los actores en cada escena y fuimos resolviendo lo que pasaba”.
Aparte de Austin Butler, Matt Smith, Liv Schreiber, el filme cuenta con las actuaciones de Zoë Kravitz, Vicent D’ Onofrio y Regina King. Bad Bunny —acreditado como Benito A. Martínez Ocasio— tiene uno de los roles más divertidos y amenazantes. Llama la atención que 2025 sea un año en que sus roles cinematográficos tengan mayor relevancia, como también ha pasado en Happy Gilmore 2, que se puede ver por Netflix.
La música de Atrapado robando corrió por cuenta de la banda inglesa IDLES y no, no solo se trata de las canciones hechas para el soundtrack: “creo que es la primera vez que se usa a una banda de rock no solo para crear canciones para una película, sino para grabar la banda sonora —cuenta el director—. Y fue muy interesante tener a un grupo de punk muy heavy como IDLES haciendo la música, incluso para los momentos tiernos”. (I)