Años atrás, cuando Kate Hawley vio la película El Laberinto del Fauno, de 2006, supo que le gustaría trabajar con el director que hizo el filme: Guillermo del Toro. “El hecho de que eso haya sucedido ha sido uno de los aspectos más increíbles de mi carrera profesional”, le dijo Hawley a Chelsea Sanchez, de Harper’s BAZAAR Estados Unidos.

Lo que ella ha hecho en la más reciente producción de del Toro, Frankenstein, es crear un vestuario que está a la altura de la apuesta audiovisual del realizador mexicano. Todo se ve gigante en esta película y la vestimenta de los personajes refleja esa misma grandiosidad, recurriendo a tonos y colores que contrastan con el fondo y a una escala imponente, para que, en ciertas escenas, lo que visten los actores Mia Goth y Oscar Isaac fijen la atención del espectador. 

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Como sucede en uno de los momentos del filme, cuando el personaje de un Víctor Frankenstein adolescente está junto a su madre —uno de los dos roles que hace Goth— y ella está envuelta en un velo rojo que parece estar vivo y fluir con el viento a su alrededor.

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Netflix.

La idea central que determinó un cambio en el diseño de vestuario fue la de sacar la historia del siglo XVIII y llevarla a un siglo más adelante, en plena época victoriana. Ese deseo del director significó algo claro. “No quiero ver malditos sombreros negros y tropos dickensianos”, le dijo del Toro. 

Ella se puso a pensar desde esa perspectiva: “Cuando pienso en la época victoriana, me resulta muy difícil no pensar en Oliver Twist o Little Dorrit. Pero esto es Frankenstein. Tiene ese trasfondo germánico. Está la sensibilidad romántica temprana, está la gran escala de imágenes de la religión, el lugar de Dios en ella mezclado con la mitología. Y luego está esa sensación de naturaleza y todos esos elementos de melancolía, esa sensación de recuerdos que crea un mundo onírico”.

A partir de eso se definió la esencia de cada personaje y esto le dio forma a su vestuario. De esta manera, Víctor se pensó como un dandy y un artista; Elizabeth fue una figura luminosa y voluble, mientras que al Monstruo se lo pensó como casi un reflejo de su creador. 

Lo que viste Elizabeth

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Mia Goth hace de Elizabeth Harlander, el interés romántico de varios personajes en la película. Ella viste de colores completos, que la hacen sobresalir en las escenas. Ella brilla, así sea de verde, azul o rojo. 

Uno de los detalles más impactantes de Elizabeth son sus collares, que usa en casi todas sus escenas. Hawley los consiguió revisando los archivos de Tiffany y llegó a diseñar uno que fusionaba una cruz con el collar Scarab, de Meta Overbeck —que diseña joyas de Tiffany—; otro, el de cuentas de rosario, es de color rojo, en un tono que es el preferido de del Toro. 

“Para mí, todo se destila en ese único objeto: la naturaleza que se encuentra con la religión y todas sus formas, y luego esta imagen de sangre. En realidad, resume todo lo que estábamos haciendo”.

El otro elemento de vestuario de este personaje es su vestido de novia. Inicialmente, fue un vestido victoriano, pero el director desechó la idea. Entonces, la diseñadora pensó el giro necesario: tenía que ser el vestido de la novia de Frankenstein, porque en ese punto ya todo en la historia está contado desde la perspectiva del Monstruo que interpreta Jacob Elordi.

“Ese vestido está compuesto, creo, por seis capas. Cuando lo abres, es casi como una piel fileteada en sí misma. Seguimos exteriorizando las capas para que la final fuera la organza más transparente que utilizamos, pero parecía casi una radiografía de un vestido. Todos los detalles y la construcción del vestido estaban ahí, pero no se apreciaban hasta que apareció la sangre. Entonces se convirtió en una pieza de anatomía”, recordó Hawley.

Víctor Frankenstein, una estrella de rock venida a menos

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El pedido inicial para mostrar a Víctor Frankenstein era acercarlo a figuras de rock. Del Toro pensó en David Bowie; el actor que lo interpreta, Óscar Isaac, pensó en Prince. Hawley utilizó esas figuras como punto de partida, lo que se refleja en el uso de batas, pantalones a cuadros, sombreros y el terciopelo como base. Es un artista, pero en decadencia. 

Cuando el Víctor adulto aparece por primera vez en todo su esplendor, el terciopelo está ahí, pero no se ve nuevo. “Los terciopelos son viejos y están gastados. Se cuenta la historia de alguien que, en ese momento, se ha quedado sin dinero, pero aún conserva estas preciosas prendas”, le contó Hawley a Variety.

Víctor Frankenstein es un aristócrata caído en desgracia. Y cuando conoce a su mecenas, regresa el estilo a su vestimenta, con la particularidad de que todo es más exagerado. 

El Monstruo y sus ropajes

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La criatura creada por Víctor Frankenstein no es solo un deleite del maquillaje que esconde a Jacob Elordi. Es también la posibilidad de reflejar su viaje personal a través de su vestuario. Primero como un ser doliente, casi como un Cristo crucificado y luego como alguien que se viste con el abrigo de un muerto, mostrando su naturaleza. La ropa del Monstruo es lo que es ese personaje.

Por eso, cuando en la historia él ya es un ser que se ha autoeducado y ha conseguido encontrar a Víctor –su creador, que lo ha abandonado– su figura es más estilizada y su silueta lo hace ver más grande. Es ya una figura aristocrática, casi un reflejo de la aspiración de su creador.

A nivel de vestuario, el Monstruo y su creador son un contrapunto el uno del otro.

“Guillermo es brillante, con su visión y con todas las capas completas (…) Trabajamos para un visionario. Es un lugar bastante privilegiado en el que estar”, dijo Hawley en la entrevista para Harper’s BAZAAR Estados Unidos.

Kate Hawley no es un nombre cualquiera en Hollywood y su trabajo con directores como Peter Jackson y Doug Liman lo prueban. Sus colaboraciones con Guillermo del Toro no son nuevas, ya que ella ha sido la diseñadora de vestuario de filmes como Pacific Rim (2013) y Crimson Peak (2015). (I)