Música ecuatoriana

El segundo aire para Julio Jaramillo de la mano de Juan Fernando Velasco

Luego de un EP con cinco temas y de una gira de 20 shows en tres países, el proyecto que revive a Julio Jaramillo tendrá todavía muy ocupado a Juan Fernando Velasco.

Por Eduardo Varas Carvajal

Juan Fernando Velasco. — Fotografía Laura Herrera

Todo está fríamente calculado durante el show. Hay un guion definido que permite que, en ciertas partes del concierto, Julio Jaramillo y Juan Fernando Velasco interactúen para dar paso a la siguiente canción que interpretarán juntos. Julio Jaramillo, el gran cantante ecuatoriano, el ruiseñor de América, está muerto desde el 9 de febrero de 1978, así que la única manera para que suceda esto es a través de la tecnología.

J.J. está en una holobox —una máquina portátil con la que puede verse un holograma— y para ese momento del espectáculo, ya todo el mundo está dentro de la ficción que se creó desde el inicio. “Es como ver una película”, dice Juan Fernando Velasco, al hablar de la base de la experiencia de este proyecto y es que la gente pueda creer y aceptar que se trata de Jaramillo. “Tiene que haber ese acuerdo, que se rompe si el director falla. Si tú decidiste ir a ver una película de terror y asustarte y aparece un monstruo que evidentemente es alguien dentro de un disfraz mal hecho, el director falló en la tarea”.

Julio Jaramillo y Juan Fernando Velasco. Fotografía Oriana Avilés

Una presentación es un campo minado para imprevistos. En uno de los 21 conciertos de la más reciente gira de Julio eterno sucedió algo que obligó a la improvisación. El libreto es claro: en un momento del espectáculo, cuando Velasco termina de cantar su éxito Chao Lola, sentado en el piano, aparece J.J. en el holobox y le dice: “¡Qué canción más triste, Juan Fernando!”

La respuesta del exintegrante de Tercer Mundo da pie para el siguiente tema: “bueno, sí Julio, pero ninguna más triste que Nuestro Juramento”. Y el holograma le pide al púbico que cante con ellos y los asistentes acompañan a ese Jaramillo tecnológico con el “no puedo verte triste porque me mata…”. De ahí entra la banda completa. Una vez sucedió que Velasco acabó su canción y, de golpe, “terminé de tocar Chao Lola y de repente sonaba la voz de Julio Jaramillo diciendo “¡qué canción más triste..!”, pero no se enganchaba el video”.

Julio Jaramillo y Juan Fernando Velasco. Fotografía Jorge Sánchez

Inmediatamente, él detuvo la secuencia al tiempo que el equipo técnico buscaba el problema para solucionarlo con rapidez: “entonces tengo que improvisar y me pongo a hablar: ‘Julio, Julio, ¿eres tú? ¿Me estás hablando? Sentí una presencia de Julio. ¿Ustedes lo escucharon?’ La gente me respondió que también lo habían escuchado y yo miraba a mis técnicos para saber si ya todo estaba listo”.

Julio eterno es un proyecto que se sostiene fuertemente en el avance tecnológico y que usa inteligencia artificial —para extraer la voz de Julio Jaramillo de las grabaciones originales de las cinco canciones que se usan en la producción y en los shows; y para recrear la voz hablada de cantante que habría cumplido 90 años el pasado 1 de octubre, usando todas las entrevistas que encontraron como referencia— y deep fake —que ajusta el parecido del imitador que se usó como referencia para crear el holograma— como el camino para traer a la vida a J.J.

Y la ilusión funciona, como lo demuestran las decenas de videos en publicaciones en redes sociales. Así como los comentarios que dejan las personas en el video de Cinco centavitos, el primer corte promocional del EP.

La ética de revivir a los muertos

¿De dónde viene la idea de usar la voz de un cantante muerto? Los caminos pueden ser variados. En el caso de Juan Fernando Velasco, esto tiene que ver hasta con decisiones ligadas a la vida política de Ecuador

Porque él, entre 2019 y 2020 fue ministro de Cultura y Patrimonio y para las elecciones de 2021 —que llevaron al poder a Guillermo Lasso— fue candidato presidencial por el Movimiento Construye. Fue el año electoral cuando tomó una decisión: “el paso por lo público fue muy traumático y generó una ruptura, digamos, con esa imagen que la gente tenía de mí como artista, únicamente. Y yo entendí que tenía que darle un tiempo a la gente para desintoxicarse”.

Esto significó salir de Ecuador y redirigir su carrera musical a otros espacios, porque sus producciones de 2011 y 2015 Con toda el alma y Misquilla, respectivamente— habían sido publicadas estrictamente en el país y orientadas al pasillo, como género musical. “Y ahí fue que hicimos el álbum POPular, que es este disco de versiones de mis canciones, en estilo regional colombiano, con grandes colaboraciones. Eso me permitió reinsertarme”.

Juan Fernando Velasco. Fotografía Jorge Sánchez

Fue justamente en ese momento de transición —entre 2021 y 2022— que, de una disquera colombiana, le enviaron un track con solo la voz de Julio Jaramillo interpretando uno de sus clásicos temas. “No estoy seguro cuál era. Pudo ser Fatalidad”, dice Velasco. El objetivo era ver si tenía algún interés de hacer algo con eso. Pero él sintió que todavía no era el momento de regresar la mirada a Ecuador. Flash forward a dos años después.

En plena gira llamada En Primer Plano, que durante 2024 lo llevó a teatros de Colombia y Ecuador, justo antes de subirse a un escenario en Riobamba, llegó la certeza de haberse reencontrado con el público ecuatoriano. Así nació Julio eterno. Luego de contratar un bufete de abogados para definir la parte legal del camino a seguir, lo primero que hizo Velasco fue hablar con los herederos de Jaramillo. Porque para usar la imagen de alguien que ya no está vivo, el único camino pensado fue el de la ética.

“La primera conversación la tuve con Nancy Arroyo, la viuda de Julio Jaramillo. Yo no empecé nada hasta no sentarme con Nancy”. Este acercamiento se dio luego de que ella y la Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador —SAYCE, de la que Velasco es su presidente— resolvieron problemas que tenían. Apenas pasó eso, él le comentó del proyecto. “Rápidamente hicimos clic y me dijo ‘solamente tú, de aquí, de Ecuador, podría hacer este homenaje’. Eso fue un aliciente”.

Julio Jaramillo y Juan Fernando Velasco. Fotografía Jorge Sánchez

Producir un disco con sonidos que vienen del pasado

Con el permiso de la familia y el licenciamiento para usar las voces de las grabaciones originales —extraídas con el uso de inteligencia artificial— arrancó la grabación de un EP de cinco temas.

Una producción con una selección de canciones que debió respetar tres condiciones: la popularidad de los temas, el tono y el ritmo originales y que la grabación de la voz de Jaramillo sea buena. “Hubo una canción que estaba bonita y en la que yo sí llegaba al tono —otra particularidad del proyecto era buscar aquellas en las que el rango vocal de Velasco pudiera funcionar muy bien—, pero la voz original no se grabó bien. Teníamos cosas grabadas con un micrófono de US$ 25.000 y, de repente, la voz de Julio sonaba medio mal. Se iba a nota que era de otra época”.

Ese no era el objetivo.

La producción del colombiano Andrés Castro fue determinante. Porque las versiones grabadas —aparte de Cinco centavitos están Ódiame, Nuestro Juramento, Rondando tu esquina y No me toquen ese vals, esta última en la que también canta Julio Jaramillo Arroyo— si bien respetaron el tono original, la velocidad en la que se grabaron en un primer momento y ciertos arreglos que están íntimamente asociados con la identidad de la canción, remozaron el sonido y el aire que respiran.

Julio Jaramillo y Juan Fernando Velasco. Fotografía Jorge Sánchez

Hay una sensibilidad pop muy evidente en estos temas, muy enfocada en cómo se produce hoy. Incluyendo cierta onda bailable, muy presente en las baladas actuales. La batería tocada por Aaron Sterling —reconocido baterista que ha colaborado con artistas como John Mayer, Taylor Swift, Post Malone y Sabrina Carpenter— está presente en todo el EP y hace una gran diferencia. El trabajo de Milton Salcedo en los pianos le da un color que en ocasiones se decanta por cierto sentido jazzero que se convierte en otro aporte fundamental. Y ni hablar de lo que hace el ecuatoriano Navijio Cevallos con las guitarras y requintos, que están muy presentes y rebozan identidad.

Julio eterno fue grabado entre Nashville, Bogotá, Quito y Miami y su impronta es la de unir el pasado y las voces de dos artistas que, en ciertos momentos usan sus voces en armonía. Voces en dos tiempos, una de ellas de alguien que ya no puede grabar. La otra voz es la de alguien que encara el proyecto por dos. Ambas tesituras, cuando suenan en una canción, funcionan muy bien. 

El primer sencillo y video del trabajo, Cinco centavitos, se estrenó en mayo de 2025. Y conseguirlo no fue sencillo, porque la idea era mostrar a Velasco y a Jaramillo juntos en Guayaquil, Quito y Cuenca, haciendo varias cosas —juegan pelota, disfrutan de comida típica, recorren algunos sitios y cantan—, pero la tecnología no los ayudaba. Con el apoyo de un imitador de J.J. filmaron todo, pero en postproducción no estaba resultando el proceso de deep fake. Simplemente no daban con el parecido.

“La solución era volver a grabar el video con una persona que se pareciera más para hacer un mejor deep fake. Pero, al borde del precipicio, el director sacó la casta y dijo que había que usar la rotoscopía”, cuenta Velasco. Esta es una técnica que calca, cuadro a cuadro, una escena real para volverla animación. Cuando llegó ese primer corte, la diferencia fue impresionante. Se demoraron 15 días en hacer correcciones finales y estrenaron el video. “Lo lanzamos y la gente se enganchó”. Este encanto se ha traducido a lo que sucede en los shows. 

“Lo del en vivo ha sido igual de impresionante, impactante. La gente llora cuando sale Julio cantando”.

Pese a ser un concierto costoso por el uso de la tecnología —no al nivel de artistas internacionales que vienen a tocar al país—, Velasco y su gente están seguros de que se pueden seguir haciendo presentaciones en Ecuador. La intención del compositor de Para que no me olvides es la de seguir con estos shows, pero que sean masivos y espera que se puedan organizar de la mano de gobiernos locales en varios puntos del país.

¿Y una nueva edición de Julio eterno con otros temas? La idea no está descartada, pero la decisión deberá venir luego. Por lo pronto, lo más cercano es el estreno del video de Ódiame, en las próximas semanas. (I)