En el mundo wellness, la clorofila es más que el pigmento verde que se encuentra en algunas plantas, algas o bacterias, que permite la fotosíntesis, el proceso que convierte la luz solar en energía. Para quienes se mueven en el terreno del bienestar integral, la clorofila contiene vitaminas y magnesio, que la convierte en un gran antioxidante natural y es por eso que se extrae su molécula para transformarla en clorofila líquida, una versión más estable y fácil de absorber.
“En digestión sí se ha visto que ayuda a modular la microbiota y esto reduce ciertos compuestos que pueden generar mal olor y mejora la sensación de inflamación abdominal”, comenta Ana María Jiménez, nutricionista hormonal y digestiva. Este efecto suele asociarse a una mejor regularidad y a una sensación general de bienestar, algo que muchas personas buscan cuando incorporan la clorofila a su rutina.
Una de las ideas más populares sobre este suplemento es que oxigena el cuerpo, pero en realidad es solo un mito. “La clorofila no oxigena el organismo; lo que sí es cierto es que ayuda, de manera indirecta, a que el cuerpo funcione mejor. Apoya procesos de detoxificación hepática y mejora ciertos procesos digestivos, dando como resultado una piel más limpia y luminosa, no por el oxígeno, sino porque reduce la carga inflamatoria”, aclara Jiménez.
Todo el cuerpo está conectado y por eso, cuando se mejora la salud intestinal, también se refleja en la piel. Como manifiesta María Gracia Lituma, dermatóloga y especialista en cirugía dermatológica, esto ocurre “a través de procesos como la modulación de la inflamación, el aporte de micronutrientes y el equilibrio interno”. Por esa razón, dice Lituma, el consumo de clorofila es beneficioso, sobre todo, para personas con piel sensible o rosácea, gracias a la regulación de la inflamación a nivel intestinal.
La dosis ideal varía según la concentración del producto, pero generalmente se recomienda entre 15 y 30 gotas, según Jiménez. Puede tomarse en las mañanas o entre comidas si buscas un pequeño impulso de energía.
“Más que un horario perfecto, lo importante es que sea un hábito sostenible y que no genere malestar”.
En Ecuador, una de las marcas que ha apostado por este suplemento es Ergo, dedicada a la salud y el bienestar. Su cofundadora, Mikaela Amador, dice que la marca nació hace cuatro años, cuando buscaba un suplemento que la ayudara con el acné y la inflamación.
Al no encontrar una opción que cumpliera lo que necesitaba, decidió desarrollar su propia fórmula. Como ingeniera en alimentos, creó una clorofila líquida con un 95 % de pureza que, además, incorpora sen, un laxante natural que favorece el tránsito digestivo. Actualmente, Ergo está presente en 80 puntos de venta a nivel nacional y se encuentra en proceso de ampliar su distribución hacia grandes cadenas del país.
El secreto de las algas
Si pensamos más allá de la clorofila, la sea moss emerge como otro suplemento clave dentro de esta tendencia. El musgo marino —su nombre en español— es un alga roja, también llamada Chondrus crispus o musgo irlandés, y se considera un superalimento por su alto contenido de minerales.
Hoy se consume en diferentes presentaciones gel, polvo, cápsulas o gomitas lo que ha facilitado su popularidad.
“Aporta minerales como yodo, potasio, magnesio, zinc y selenio, componentes esenciales para la energía celular y especialmente relevantes en la salud hormonal femenina”, enfatiza Jiménez. La sea moss es una gran herramienta para mantener la energía a lo largo del día. La dosis suele ser de una cucharadita diaria, para evitar excesos.
Además, es beneficiosa para mujeres con ciclos irregulares y para quienes presentan fatiga, así como para quienes no consumen mariscos, por su aporte nutricional. También, puede influir en la tiroides, ya sea para beneficiarla o alterarla, si se usa sin guía profesional. “Deberían evitarlo personas con hipotiroidismo, con Hashimoto en fase activa, o quienes son sensibles al exceso de yodo o ya toman medicación para la tiroides”, comenta Jiménez.
Ella insiste en la importancia de elegir un producto de calidad, porque no todas las versiones que circulan son auténticas, y eso impacta directamente en la cantidad de micronutrientes que aporta.
Lituma también señala que, en algunos pacientes, este aporte nutricional ayuda a regular la producción de sebo y la respuesta inflamatoria, lo que puede mejorar el acné hormonal.
La sea moss toma un poco más de tiempo en mostrar resultados. Puede tardar entre seis y 12 semanas. “Es un proceso gradual, no inmediato, pero puede reflejarse en una piel más equilibrada”, dice Lituma.
Pero incluso con toda su popularidad, hay una realidad que no se puede ignorar. Los suplementos o superalimentos no son soluciones mágicas. Están llenos de nutrientes y pueden aportar beneficios reales, pero siempre funcionan como herramientas, no como atajos.
No existen resultados inmediatos ni fórmulas milagrosas, lo que sí existe es el efecto acumulado de una vida equilibrada: buena alimentación, hidratación, descanso y movimiento. En ese contexto, los suplementos son un apoyo más para alcanzar tus objetivos. Potencian la belleza integral que el cuerpo ya tiene, siempre a partir de bases sólidas. (I)