
Durante varias temporadas, la aplicación de pestañas dominó la industria de la belleza. Desde diseños discretos hasta maxi-volúmenes dramáticos, su presencia fue inevitable tanto en redes sociales como en salones estéticos. Sin embargo, en plena evolución hacia el lujo silencioso y el minimalismo, las reglas han cambiado. Esta temporada, los ojos ya no piden dramatismo, sino naturalidad. Y el reconocido makeup artist mexicano Luis Torres fue uno de los primeros en alzar la voz.
Conocido por su visión refinada y su dominio del maquillaje profesional, Luis Torres generó conversación al declarar que este tipo de pestañas —especialmente las de gran volumen— están perdiendo vigencia. ¿Su argumento? Rompen con la armonía del rostro, pueden provocar un efecto visual enrojecido y, cuando se aplican mal, hunden la mirada al dar un aspecto pesado a los párpados. Todo esto, además de dificultar el trabajo de un maquillaje bien ejecutado.
En su lugar, Torres defiende el regreso del natural makeup, en la que la belleza se expresa con toques sutiles. Inspirado en las técnicas coreanas, propone realzar los rasgos naturales mediante efectos brillantes en labios, mejillas y piel, junto con pestañas cuidadas, nutridas y perfectamente peinadas, sin recurrir al artificio extremo.
Eso no significa renunciar del todo a las extensiones. El experto hace una excepción con el estilo wispy, una técnica más ligera y elegante que, según él, puede utilizarse de forma puntual para eventos especiales. Su recomendación es clara: si van a usarse, deben tener un propósito concreto, aplicarse con mesura y nunca sustituir la belleza real, sino complementarla.
Así, el maquillista no solo desmarca una tendencia que fue icónica, sino que reafirma una nueva era en la belleza contemporánea: la del equilibrio, el buen gusto y el protagonismo de lo natural. Una propuesta que deja atrás los excesos y se alinea con lo que hoy es realmente sofisticado.
Este artículo salió originalmente en Harper’s BAZAAR México.