Las mascarillas son el tratamiento más antiguo y popular para darle un boost a nuestra rutina de skincare en casa, que a su vez son la mejor forma de potenciar cualquier tratamiento realizado por un especialista. Y hay de todo, desde las mascarillas caseras hasta la facilidad de aplicarnos sheet masks que hoy las encontramos en todo lado.
Pero la gran variedad que existe —hay para hidratar, exfoliar y refrescar— nos hace cuestionarnos si son realmente efectivas y aptas para nuestra piel.
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Lo cierto es que es un gran mercado dentro del universo de la belleza. De acuerdo al reporte web de Mordor Intelligence, el mercado de mascarillas tuvo en 2025 un nivel de ingresos de US$ 7.800 millones, con una proyección a 2030 de US$ 8.900 millones. En Estados Unidos y en Europa ya las venden hasta en las gasolineras. En Quito las podemos encontrar en farmacias, tiendas que venden productos de belleza y directamente a personas que las traen de otras partes del mundo. El precio promedio en supermercados y farmacias tradicionales es de US$ 1.50, aunque se traten de mascarillas de un solo uso, ya que luego de los 15 o 20 minutos nos las sacamos y las botamos.

Como principio básico, las mascarillas son un tejido o un hidrogel al cual le impregnan productos como ácido hialurónico, niacinamida, extractos botánicos. Al actuar de manera oclusiva facilitan la absorción de los ingredientes. De hecho, el mismo reporte de Mordor Intelligence afirma que la efectividad de las mascarillas ha mejorado ya que actualmente incorporan péptidos y nanotecnología; permitiéndoles mantener su sencillez y potenciar su rendimiento. Por esa razón, las mascarillas de hidrogel son las que lideran el mercado con un 44,4 % de participación.
La mascarilla: una gran compañía
La simplicidad de aplicación de una mascarilla permite que, en un mundo tan apresurado, destinemos estos 20 minutos a un ritual de autocuidado; mientras escuchamos un podcast, atendemos una reunión virtual o vemos una serie. Ser perfecta para el multitasking es su principal atractivo.
Si bien estas mascarillas son buenas hay algunas alertas que considerar. Lo primero que hace énfasis María José Núñez, médico cirujano especialista en dermatología clínica, es que las mascarillas no son un sustituto de una rutina de skincare. “Las mascarillas ofrecen un beneficio inmediato en especial a nivel de hidratación”. Por ello, son aconsejables utilizarlas antes de un evento en particular.
Para Núñez, este tipo de mascarillas tienen la capacidad de actuar sobre la capa superficial de la piel, por lo que pueden brindar una hidratación inmediata.
Por ello no deben sustituir la rutina normal de skincare de cada persona y deben ser compradas en farmacias dermatológicas. Si se escogen marcas que de por sí son dermatológicas, como Dermage o Institut Esthederm, podemos correr menos riesgo. Núñez sugiere que se revisen los datos de permisos y registros sanitarios, tal como lo explica el reporte de Mordor Intelligence: la inclusión de nuevas tecnologías a estas mascarillas ha obligado a los organismos de control sanitario a actualizar sus métodos de evaluación.

Al preguntarle sobre la variedad que existe en el mercado ya que podemos encontrarlas desde US$ 1.50 y hasta con diseños de personajes de Disney que las vuelven llamativas, Núñez dice que busquemos de preferencia las que sean para piel sensible, porque de esa manera se estarían minimizando riesgos. De acuerdo a su experiencia, el mayor problema para usarlas es que las personas no saben identificar un tipo de piel y, por ende, escogen productos no aptos, que pueden generar alergias.
Ella pide que utilicemos mascarillas que tengan ingredientes como ácido hialurónico y centella asiática que generan menos reacción y aportan hidratación a la piel.
Cuando la alergia ataca
Pero si por mala suerte te dio reacción, como sarpullido y la sensación de una quemadura solar, Nuñez recomienda que se use un jabón suave e hidrates bien tu piel en los días posteriores. Suspende tus cremas o sérums con retinol y ácidos. Cremas con pantenol o aquellas para cicatrices y quemaduras pueden ser tus aliadas en estos días.
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En general estas mascarillas son populares incluso para pijamadas entre amigas o planes de madres e hijas, lo cual no es un problema, ya que, de acuerdo con la especialista, la mayoría son aptas para niñas desde los 10 años.
Núñez hace énfasis en que cualquier reacción puede darse hasta tres días después de ser aplicadas.
Si bien este tipo de mascarillas pueden ser un aliado para vernos radiantes para un evento, es importante tomar en cuenta las recomendaciones de la experta, ya que un impulso de vanidad puede dejarnos la cara roja y darnos el efecto contrario al que buscábamos. (I)