
No sé ustedes, pero yo quedé completamente obsesionada con la actriz británica Aimee Lou Wood y su sonrisa imperfecta. Nada de carillas, blanqueamientos ni alineadores: los dientes naturales de Wood son tan auténticos como Chelsea, el personaje que interpreta en la tercera temporada de The White Lotus. Su compañera en la serie, la actriz franco-canadiense Charlotte Le Bon, no se quedó atrás. Chloé, la mejor amiga de Chelsea, también se rió a carcajadas frente al público con su dentadura desalineada. Libres, ligeras y sin complejos.
Nada que esconder ni camuflar. Ok, puede que pienses: "¡nada nuevo tratándose de los genes británicos!" Pero es más que eso. No es de ahora que Hollywood ha empezado a mostrar sonrisas perfectamente imperfectas, en un movimiento que revela una nueva forma de belleza en 2025.
Solo basta echar un vistazo a las alfombras rojas del momento. Sabrina Carpenter, Ariana Grande, Cynthia Erivo, Ayo Edebiri, Zendaya, Myha’la… por nombrar algunas, sonríen con personalidad. “No tener carillas ni botox hasta parece medio rebelde”, dijo Aimee Lou Wood en una reciente entrevista para The Hollywood Reporter. En tiempos en que la odontología estética reina sin límites, la actriz tiene razón. Mostrar la verdadera estructura dental en medio de tantas alineaciones artificiales es un acto de revolución.
Las expresiones con diastemas (ese espacio entre los frontales) siempre han sido encantadoras en el mundo de la moda y las artes. De Madonna a Vanessa Paradis, pasando por la dentadura ligeramente montada de Kate Moss, hemos aprendido a apreciar lo “diferente” como una marca personal de las celebridades. Punto para quienes saben mantener su esencia sin importarles.
En la ola de la búsqueda de una belleza más natural, ya nadie quiere ese aspecto “hecho” en la silla del dentista. Incluso hay una tendencia en TikTok donde las personas usan marcadores negros para crear la ilusión de un espacio entre los dientes.
Claro que no todos tienen la valentía de una Sabrina o una Melissa. Pero ahí llega la teenología nuevamente para responder a los anhelos actuales. La técnica ahora, llamada micro-layering, aplica capas finísimas de cerámica sobre las piezas, en lugar de las “lentes” de las carillas tradicionales. La resina tiene apenas 0.3 mm de espesor y un blanqueamiento sutil, nada brillante. Muy lejos de esas expresiones súper artificiales que circulan por ahí. Incluso se puede dejar un tono ligeramente amarillento.
Ver a mujeres reales en las pantallas, como Wood y Le Bon, es alentador. Refuerza el poder femenino y nos hace cuestionar por qué, durante tanto tiempo, nos hicieron pensar que tener una sonrisa perfecta es una inversión necesaria. Para algunos rejuvenece, para otros esconde un pasado de falta de recursos para cuidarla. ¿Innecesario en ambos casos, no? Lo imperfecto puede ser aún más bello.
Este artículo salió originalmente en la edición de Mayo 2025 de Harper’s BAZAAR Brasil.