Entre la oscuridad del escenario y una luz roja que ambientaba a la pasarela, se escuchó un rezo, casi un murmullo. “Si ojos tienen, que no me vean; si manos tienen, que no me agarren; si pies tienen, que no me alcancen. No permitas que me sorprendan por la espalda, ni que mi sangre se derrame”. Esta plegaria —una puerta hacia esa cultura popular latina— abrió el universo de Jorge Duque, con su colección Gabinete de curiosidades latinas.
El diseñador colombiano, que cerró la noche del desfile, explora la feminidad latinoamericana y los imaginarios que la rodean: la construcción del cuerpo, la cirugía, la belleza artificial, el deseo, la inocencia, la dismorfia y la narcoestética.
“Quiero que vean mi colección como un gran armario que vamos a ir abriendo, cajón por cajón”, comentó en exclusiva a Harper’s BAZAAR Ecuador.
Duque llevó estas temáticas a escena mediante experimentación textil y un juego de siluetas que buscó transmitir inquietud. “Es absolutamente importante que la colección se vea incómoda, porque esa búsqueda de una belleza superflua tiene algo de tensión. Están incómodas, pero divinas. Y ahí hay una belleza que es la que quiero mirar en este gabinete”.
Con 30 looks, el creador quiso que el público quiteño se reconociera en un universo estético profundamente latinoamericano. “Quiero que se diviertan y entiendan que el camino de la moda es un camino libre, no tiene límites y más bien los estamos empujando para comprender nuestra identidad”.
Una noche contemporánea
El evento abrió con un aire futurista gracias a la colaboración entre la diseñadora quiteña Lia Padilla y la marca Jetour. Inspirada en su eslogan Drive your future, Padilla presentó 12 outfits desarrollados en apenas dos semanas, con formas triangulares y una paleta en blanco, negro y acentos plateados. Las modelos —con tocados metalizados en el rostro y la cabeza— entraban en tríadas, todas con melenas negras a la altura de la oreja.
La pasarela adoptó luego un tono coqueto con Resort, la propuesta del diseñador Fabrizio Célleri, quien apostó por tejidos entre macramé y crochet, utilizando el movimiento del hilo como recurso principal. Creó más de 18 looks entre faldas, pantalones, vestidos, chalecos y shorts.
La marca guayaquileña Barettino presentó su segunda colección nocturna, compuesta por 10 looks con detalles dorados, tonos tierra, blanco, estampados y rojo. También participaron firmas de calzado y accesorios como Ferrni Lupinni y Yolina Carrasco, que mostraron botas, maletas y plataformas donde el color y la textura fueron protagonistas.
Más adelante, la pasarela se transformó en un escenario de muñecas de porcelana con Baúl, la colección de Daniela Vicuña, que mezcló siluetas victorianas con acentos contemporáneos en ocho looks.
El talento internacional también estuvo presente con el artista italiano Giovanny Lo Presti, quien celebró más de dos décadas de trayectoria con creaciones llenas de lujo, bordados y una feminidad atemporal. (I)